Republica Bolivariana de Venezuela.
Ministerio de Educación Superior.
Universidad Católica Cecilio Acosta.
Programa: Comunicación Social (dist.).
Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Cátedra: Periodismo Televisivo.
Profesor: Gustavo Velazco.
Ministerio de Educación Superior.
Universidad Católica Cecilio Acosta.
Programa: Comunicación Social (dist.).
Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Cátedra: Periodismo Televisivo.
Profesor: Gustavo Velazco.
SURGIMIENTO, AVANCES Y FUTURO
DEL PERIODISMO TELEVISIVO
Integrantes:
Cira Pirela CI: 13.003.460
Andreivy Hernandez CI: 14.356.128
Mariana Ramirez CI: 16.624.350
Ronimar Bastidas CI: 17.827.632
Monica Duarte CI: 25.181.135
Migdalia Michelena CI: 5.525.359
Antonio Villalobos CI: 9.700.944
Hildialfgis Olivares CI: 10.084.080
Viky Salas CI: 14.626.090
Aldith Araujo CI: 15.944.633
La televisión es un medio de comunicación muy importante que llega a todos los hogares y a las clases sociales de Venezuela por lo cual tiene gran influencia en el comportamiento de los individuos y más aún en los niños.
El fenómeno televisivo, típico de nuestros tiempos, presenta múltiples facetas de interés general para los individuos. La característica de la televisión es la de ser un medio de comunicación de masas debido a lo cual se concentran en su entorno numerosos y variados intereses como es la programación que transmite.
Es el medio de comunicación que mayor influencia tiene dentro de los hogares, al colocarse como una organización social, como una cultura socializadora que lleva inmerso un estudio de vida, unida a necesidades, aspiraciones y formas de pensar y actuar con el propósito de crear una masa de usuarios que responde a los intereses de los grupos económicos dominantes.
SURGIMIENTO DEL PERIODISMO TELEVISIVO
Samuel F. B. Morse inventó el telégrafo. Sin embargo, no fue hasta 1898 que, a través de los servicios prestados por Marconi recién fundada compañía de servicios inalámbricos, de Dublín Daily Express pudo recibir minuto a minuto la cobertura de la regata de Kingstown y por la cobertura inalámbrica de America's Cup razas. Para los próximos veinte años, la radio se limitó sólo a militares y de uso marítimo. Es ampliamente utilizada por aliados y poderes centrales en la Primera Guerra Mundial y, al mismo tiempo, por los buques en el mar. La primera radio "periodistas" apareció en el decenio de 1920 y, a continuación, estableció sus redes de organizaciones de noticias en la década de 1930. En el decenio de 1940 vinieron, las estaciones estaban cubriendo la guerra mundial. Durante la década de 1950, superó a la radio la televisión. La década de 1960 vivió un profundo cambio tecnológico: cintas de vídeo inscritas, y los espectadores comenzaron a ver las noticias en color.
Al término de la segunda guerra mundial, la industria de la televisión tomó un nuevo impulso. Europa adoptó un sistema de 625 líneas, mientras que Francia poseía uno de 819. Inglaterra mantuvo el suyo de 405 y USA estandarizó su sistema de 525 líneas.
Hace casi una década Ramonet (en Rivière, 2003, p. 30) hizo el siguiente cálculo: diariamente alrededor de veinte millones de palabras de infor¬mación técnica son editadas en revistas, libros, informes, disquetes, cd-roms, mientras que un lector capaz de leer mil palabras por minuto durante ocho horas diarias, pasaría un mes y medio para leer toda la producción de un solo día, y al final de ese período habría acumulado un retraso de cinco años y medio de lectura.
Esa multiplicación veloz del volumen de informa¬ción, en general, acompañada por el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha traído innumerables consecuencias, algunas de ellas relacionadas con los modelos televisivos y con el periodismo. En el caso de los modelos televisivos en América Latina, el acceso desigual a ellos ha generado una estratificación de la audiencia en tres niveles dentro de los cuales al sector más amplio y pobre le corresponden únicamente los canales nacionales de señal abierta (García Canclini en Sinclair, 2000, p. 151) o televisión típicamente representativa del modelo generalista. Este modelo está con¬formado por canales que Cebrián Herreros (2001) califica como deteriorados en sus contenidos y acelerados en sus tratamientos expresivos, masivos, comerciales, competitivos hasta el punto de llegar a la televisión basura y con programaciones determinadas por intereses económicos y políticos. En cuanto a los programas periodísticos que incluye, el diagnóstico también es preocupante: prevalece la espectacularización, la superficialidad, el conflicto, lo llamativo y lo morboso (Cebrián Herreros, 2001).
Según Bustamante (2005, p. 3), los primeros profesionales que ejercieron el periodismo televisivo provenían en su mayoría de la radio. En consecuencia, el lenguaje radiofónico se trasladó hacia el entonces nuevo medio audiovisual. Tal como lo recuerdan Roglán y Esquiza (1996, p. 9), “las imágenes eran simples accidentes” y generalmente el locutor no participaba en la elaboración de las noticias que leía, pues solo se le había contratado por su dicción y por su tono de voz.
Hoy, se espera de esos periodistas-presentadores versatilidad y eficiencia en el manejo de la información en televisión. Esto es, primordialmente, des¬treza en la narración de noticias, capacidad para efectuar una entrevista en directo, concentración, control, rapidez de reacción, excelente presentación personal y manejo de algunos equipos técnicos sencillos. En su actividad principal y más usual, la narración de noticias en el estudio de televisión, la tecnología es su aliada (el teleprompter, los apuntadores, en general, y/o el computador portátil). De allí que esa labor se traduzca en una versión contemporánea y mejorada del otrora “busto parlante”, representativo de los mencionados inicios de la información periodística en televisión. En el caso de los reporteros de calle, como suele llamárseles, la tecnología de hoy también está de su lado: a diferencia de años atrás, ahora pueden grabar con facilidad y observar, repetir y editar rápidamente sus presentaciones. Ello junto con el factor económico (costos para las televisoras) ha hecho que las transmisiones realmente en directo sean breves y poco frecuentes; en la mayoría de las ocasiones o se trata de “falsos vivos” o estas transmisiones se circunscriben a una parte muy reducida de alguna de las emisiones diarias de los noticiarios. En alguna de esas dos áreas se encuentran los comunicadores que trabajan en los canales generalistas.
EL AVANCE DEL PERIODISMO TELEVISIVO
La audiencia de canales informativos exigen la renovación permanente de los contenidos periodísti¬cos, la incorporación continua de fuentes y datos nuevos, la presentación de un mayor número de entrevistas, en¬cuestas y puntos de vista que los incluidos en los canales generalistas, además de la transmisión con gran inmedia¬tez o en simultaneidad. Paradójicamente, en este tipo de programación especializada en información, cuya fuerza depende en una medida considerable del componente tec¬nológico, la capacidad operativa en el uso de las tecnolo¬gías se minimiza ante la relevancia del desenvolvimiento del comunicador y de su papel de mediador, es decir, a la tentación de la instantaneidad, representada por la facti¬bilidad de uso frecuente de la tecnología del directo, se sobreponen aspectos cognitivos y éticos tales como su ca¬pacidad de comprender y analizar el tema o la situación que informará, su background para contextualizar el he¬cho periodístico a fin de aportar elementos distintos a los mostrados por las imágenes, la imparcialidad, el contraste de las versiones, la confirmación y la interpretación de las informaciones.
Los avances tecnológicos aplicados a las telecomunicaciones, especialmente los desarrollados durante los últimos años, han modificado gran parte de la industria televisiva a nivel mundial. La producción y difusión de los mensajes es cada vez más rápida y variada, lo que ha generado importantes cambios en la formas de ver, o mejor dicho, consumir los contenidos programáticos por parte de los espectadores.
El periodismo televisivo ha evolucionado precisamente dentro de este escenario lleno de profundas transformaciones, donde los avances tecnológicos se suceden con extraordinaria rapidez y hasta en algunos casos de manera muy silenciosa. La incorporación de modernos y sofisticados equipos en los departamentos de prensa y en la labor reporteril en sí, han modificado la forma de trabajo del profesional.
El análisis y proyección de estas transformaciones, sin embargo, requieren conocer el contexto general en el que ha evolucionado la industria de la televisión durante el último tiempo en nuestro país.
Pero Internet, especialmente con la potencia amplificadora de los blogs, está cambiando todo eso. Los protagonistas descontentos descubrieron hace una década que podían usar la web para poner las cosas en claro o para analizar los artículos y exponer la actitud tendenciosa de un periodista o un comentario desatinado.
Y ahora se ha ido un paso más allá. Los protagonistas -tanto de los artículos de los periódicos como de las emisiones televisivas- responden con los mismos métodos que emplean los periodistas para generar artículos o programas -entrevistas grabadas, intercambios de e-mail, registros escritos de llamadas telefónicas- y los publican en sus sitios web. Esta nueva arma de la guerra de los medios está cambiando el centro de gravedad respecto de la manera en que se elaboran y presentan las noticias, y tiene consecuencias para el futuro del periodismo.
La impresión de transcripciones, mensajes de e-mail y conversaciones, y la posibilidad de conseguir información a partir de motores de búsqueda como Google, ha dado poder a aquellos a los que Jay Rosen, blogger y profesor de periodismo de la Universidad de Nueva York, denomina "la gente antes conocida por el nombre de público".
"En este nuevo mundo, el público y la fuente de la información son editores", dijo Rosen. "Ahora les dicen a los periodistas: ?Nosotros también somos productores. De modo que la entrevista es un punto intermedio entre nosotros. Ustedes producen a partir de ella, y nosotros también. De ahora en adelante, en una situación de entrevista potencialmente hostil, ésta será la norma".
Todos estos acontecimientos han obligado a los periodistas a responder de distintas maneras, incluyendo una mayor franqueza acerca de sus métodos y técnicas y una mayor conciencia en cuanto a la manera en que filtran la información. "En la medida en que uno sabe que hay alguien que monitorea cada palabra, se ve obligado a ser aún más cuidadoso, lo cual es bueno", dijo Chris Bury, el corresponsal de "Nightline" cuya entrevista fue publicada por el Discovery Institute. "Pero los lectores y espectadores deben advertir que una entrevista es sólo parte de la historia".
Publicar en la web material original se está convirtiendo en una estrategia de relaciones públicas de los grupos de interés, las empresas y el gobierno. Ahora hasta desde la Presidencia de la República publican en Internet transcripciones de las entrevistas a los altos funcionarios o las envían por e-mail a los periodistas.
A veces, los protagonistas de los artículos incluso publican el material en la web antes de que el artículo sea publicado, adelantándose al periodista y difundiendo antes su propia versión. Eso ocurrió en 1999, cuando "20/20", el programa de ABC News, entrevistó a funcionarios de una empresa llamada Metabolife International. La empresa consiguió la filmación de la entrevista y la publicó en su sitio web antes de que se emitiera el programa. Era algo tan inusual en ese momento que la empresa compró espacio publicitario en los diarios para instar a los lectores a ver la entrevista en Internet.
Los periodistas dicen que esta situación los obliga a cambiar el estilo de trabajo, y algunos han empezado a preguntarse si pueden justificar la manera en que filtran la información. Aunque algunos dicen que están aprendiendo a aceptar esta interacción, también les preocupa que la opinión de muchos bloggers -que afirman que los periodistas deberían publicar sus materiales crudos porque si no filtran la información según sus propias tendencias- ignoran el valor de la función tradicional del periodismo: moldear una red amplia de información, conseguirla de fuentes reticentes, condensarla y presentarla de manera ordenada.
BIBLIOGRAFIA
Hace casi una década Ramonet (en Rivière, 2003, p. 30) hizo el siguiente cálculo: diariamente alrededor de veinte millones de palabras de infor¬mación técnica son editadas en revistas, libros, informes, disquetes, cd-roms, mientras que un lector capaz de leer mil palabras por minuto durante ocho horas diarias, pasaría un mes y medio para leer toda la producción de un solo día, y al final de ese período habría acumulado un retraso de cinco años y medio de lectura.
Esa multiplicación veloz del volumen de informa¬ción, en general, acompañada por el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha traído innumerables consecuencias, algunas de ellas relacionadas con los modelos televisivos y con el periodismo. En el caso de los modelos televisivos en América Latina, el acceso desigual a ellos ha generado una estratificación de la audiencia en tres niveles dentro de los cuales al sector más amplio y pobre le corresponden únicamente los canales nacionales de señal abierta (García Canclini en Sinclair, 2000, p. 151) o televisión típicamente representativa del modelo generalista. Este modelo está con¬formado por canales que Cebrián Herreros (2001) califica como deteriorados en sus contenidos y acelerados en sus tratamientos expresivos, masivos, comerciales, competitivos hasta el punto de llegar a la televisión basura y con programaciones determinadas por intereses económicos y políticos. En cuanto a los programas periodísticos que incluye, el diagnóstico también es preocupante: prevalece la espectacularización, la superficialidad, el conflicto, lo llamativo y lo morboso (Cebrián Herreros, 2001).
Según Bustamante (2005, p. 3), los primeros profesionales que ejercieron el periodismo televisivo provenían en su mayoría de la radio. En consecuencia, el lenguaje radiofónico se trasladó hacia el entonces nuevo medio audiovisual. Tal como lo recuerdan Roglán y Esquiza (1996, p. 9), “las imágenes eran simples accidentes” y generalmente el locutor no participaba en la elaboración de las noticias que leía, pues solo se le había contratado por su dicción y por su tono de voz.
Tiempo después, se descubrió y popularizó en Estados Unidos la figura del presentador principal con lo cual se reconoció la importancia del mediador como parte fundamental del mensaje periodístico televisivo no solo por el efecto de pregnancia, sino por la evolución de su papel en los programas informativos.
Hoy, se espera de esos periodistas-presentadores versatilidad y eficiencia en el manejo de la información en televisión. Esto es, primordialmente, des¬treza en la narración de noticias, capacidad para efectuar una entrevista en directo, concentración, control, rapidez de reacción, excelente presentación personal y manejo de algunos equipos técnicos sencillos. En su actividad principal y más usual, la narración de noticias en el estudio de televisión, la tecnología es su aliada (el teleprompter, los apuntadores, en general, y/o el computador portátil). De allí que esa labor se traduzca en una versión contemporánea y mejorada del otrora “busto parlante”, representativo de los mencionados inicios de la información periodística en televisión. En el caso de los reporteros de calle, como suele llamárseles, la tecnología de hoy también está de su lado: a diferencia de años atrás, ahora pueden grabar con facilidad y observar, repetir y editar rápidamente sus presentaciones. Ello junto con el factor económico (costos para las televisoras) ha hecho que las transmisiones realmente en directo sean breves y poco frecuentes; en la mayoría de las ocasiones o se trata de “falsos vivos” o estas transmisiones se circunscriben a una parte muy reducida de alguna de las emisiones diarias de los noticiarios. En alguna de esas dos áreas se encuentran los comunicadores que trabajan en los canales generalistas.
EL AVANCE DEL PERIODISMO TELEVISIVO
La audiencia de canales informativos exigen la renovación permanente de los contenidos periodísti¬cos, la incorporación continua de fuentes y datos nuevos, la presentación de un mayor número de entrevistas, en¬cuestas y puntos de vista que los incluidos en los canales generalistas, además de la transmisión con gran inmedia¬tez o en simultaneidad. Paradójicamente, en este tipo de programación especializada en información, cuya fuerza depende en una medida considerable del componente tec¬nológico, la capacidad operativa en el uso de las tecnolo¬gías se minimiza ante la relevancia del desenvolvimiento del comunicador y de su papel de mediador, es decir, a la tentación de la instantaneidad, representada por la facti¬bilidad de uso frecuente de la tecnología del directo, se sobreponen aspectos cognitivos y éticos tales como su ca¬pacidad de comprender y analizar el tema o la situación que informará, su background para contextualizar el he¬cho periodístico a fin de aportar elementos distintos a los mostrados por las imágenes, la imparcialidad, el contraste de las versiones, la confirmación y la interpretación de las informaciones.
La dinámica de la información en la sociedad de hoy, las tecnologías y el ejercicio del periodismo televisivo especialmente en un canal especializado en información al tiempo que le dan al comunicador múltiples oportunidades y herramientas para hacer un tratamiento periodístico brillante, oportuno y completo también pueden, sin embargo, poner en evidencia a este “profesional”, llevándolo a su “autoabolición” al reducirlo a lugares comunes como “las imágenes hablan por sí mismas”.
Los avances tecnológicos aplicados a las telecomunicaciones, especialmente los desarrollados durante los últimos años, han modificado gran parte de la industria televisiva a nivel mundial. La producción y difusión de los mensajes es cada vez más rápida y variada, lo que ha generado importantes cambios en la formas de ver, o mejor dicho, consumir los contenidos programáticos por parte de los espectadores.
El periodismo televisivo ha evolucionado precisamente dentro de este escenario lleno de profundas transformaciones, donde los avances tecnológicos se suceden con extraordinaria rapidez y hasta en algunos casos de manera muy silenciosa. La incorporación de modernos y sofisticados equipos en los departamentos de prensa y en la labor reporteril en sí, han modificado la forma de trabajo del profesional.
El análisis y proyección de estas transformaciones, sin embargo, requieren conocer el contexto general en el que ha evolucionado la industria de la televisión durante el último tiempo en nuestro país.
EL FUTURO DEL PERIODISMO TELEVISIVO
La enorme expansión de los sitios web está produciendo profundas modificaciones en la tarea de informar. Ahora ya no sólo los periodistas tienen la palabra sino que los distintos protagonistas de la información difunden su versión de los hechos, cuestionan y obligan a los medios tradicionales a interactuar con su público
Nunca entable una pelea con alguien que compra la tinta por barril, aconseja un antiguo dicho. Durante décadas, tanto los famosos como los desconocidos siguieron ese consejo. Aun cuando los protagonistas de las noticias periodísticas se sintieran malentendidos o maltratados, era improbable que reaccionaran contra los periodistas o los editores, porque creían que el poder de la prensa le garantizaba (a la prensa) la última palabra.
La enorme expansión de los sitios web está produciendo profundas modificaciones en la tarea de informar. Ahora ya no sólo los periodistas tienen la palabra sino que los distintos protagonistas de la información difunden su versión de los hechos, cuestionan y obligan a los medios tradicionales a interactuar con su público
Nunca entable una pelea con alguien que compra la tinta por barril, aconseja un antiguo dicho. Durante décadas, tanto los famosos como los desconocidos siguieron ese consejo. Aun cuando los protagonistas de las noticias periodísticas se sintieran malentendidos o maltratados, era improbable que reaccionaran contra los periodistas o los editores, porque creían que el poder de la prensa le garantizaba (a la prensa) la última palabra.
Pero Internet, especialmente con la potencia amplificadora de los blogs, está cambiando todo eso. Los protagonistas descontentos descubrieron hace una década que podían usar la web para poner las cosas en claro o para analizar los artículos y exponer la actitud tendenciosa de un periodista o un comentario desatinado.
Y ahora se ha ido un paso más allá. Los protagonistas -tanto de los artículos de los periódicos como de las emisiones televisivas- responden con los mismos métodos que emplean los periodistas para generar artículos o programas -entrevistas grabadas, intercambios de e-mail, registros escritos de llamadas telefónicas- y los publican en sus sitios web. Esta nueva arma de la guerra de los medios está cambiando el centro de gravedad respecto de la manera en que se elaboran y presentan las noticias, y tiene consecuencias para el futuro del periodismo.
La impresión de transcripciones, mensajes de e-mail y conversaciones, y la posibilidad de conseguir información a partir de motores de búsqueda como Google, ha dado poder a aquellos a los que Jay Rosen, blogger y profesor de periodismo de la Universidad de Nueva York, denomina "la gente antes conocida por el nombre de público".
"En este nuevo mundo, el público y la fuente de la información son editores", dijo Rosen. "Ahora les dicen a los periodistas: ?Nosotros también somos productores. De modo que la entrevista es un punto intermedio entre nosotros. Ustedes producen a partir de ella, y nosotros también. De ahora en adelante, en una situación de entrevista potencialmente hostil, ésta será la norma".
Todos estos acontecimientos han obligado a los periodistas a responder de distintas maneras, incluyendo una mayor franqueza acerca de sus métodos y técnicas y una mayor conciencia en cuanto a la manera en que filtran la información. "En la medida en que uno sabe que hay alguien que monitorea cada palabra, se ve obligado a ser aún más cuidadoso, lo cual es bueno", dijo Chris Bury, el corresponsal de "Nightline" cuya entrevista fue publicada por el Discovery Institute. "Pero los lectores y espectadores deben advertir que una entrevista es sólo parte de la historia".
Publicar en la web material original se está convirtiendo en una estrategia de relaciones públicas de los grupos de interés, las empresas y el gobierno. Ahora hasta desde la Presidencia de la República publican en Internet transcripciones de las entrevistas a los altos funcionarios o las envían por e-mail a los periodistas.
A veces, los protagonistas de los artículos incluso publican el material en la web antes de que el artículo sea publicado, adelantándose al periodista y difundiendo antes su propia versión. Eso ocurrió en 1999, cuando "20/20", el programa de ABC News, entrevistó a funcionarios de una empresa llamada Metabolife International. La empresa consiguió la filmación de la entrevista y la publicó en su sitio web antes de que se emitiera el programa. Era algo tan inusual en ese momento que la empresa compró espacio publicitario en los diarios para instar a los lectores a ver la entrevista en Internet.
Los periodistas dicen que esta situación los obliga a cambiar el estilo de trabajo, y algunos han empezado a preguntarse si pueden justificar la manera en que filtran la información. Aunque algunos dicen que están aprendiendo a aceptar esta interacción, también les preocupa que la opinión de muchos bloggers -que afirman que los periodistas deberían publicar sus materiales crudos porque si no filtran la información según sus propias tendencias- ignoran el valor de la función tradicional del periodismo: moldear una red amplia de información, conseguirla de fuentes reticentes, condensarla y presentarla de manera ordenada.
BIBLIOGRAFIA
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