viernes, 21 de noviembre de 2008

QUINTA TUTORIA DE DSI

ARQUIDIÓCESIS DE MARACAIBO
UNIVERSIDAD CATÓLICA CECILIO ACOSTA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

QUINTO SEMESTRE

SECCIÓN: 002


QUINTA TUTORIA






Lcda. Mónica P, Duarte V.
Profesor: Elvy Monzant




1. A partir de la siguiente cita:

“Asumiendo con nueva fuerza esta opción por los pobres, ponemos de manifiesto que todo proceso evangelizador implica la PROMOCIÓN HUMANA y la autentica LIBERACIÓN sin la cual no es posible un justo orden en la sociedad. Entendemos, además, que la verdadera promoción humana no puede reducirse a aspectos particulares: Debe ser integral, es decir promover, a todos los hombres y a todo el hombre, desde la vida nueva en Cristo que transforma a la persona de tal manera que la hace sujeto de su propio desarrollo. Para la iglesia, el servicio de la caridad, igual que el anuncio de la Palabra y la celebración de los Sacramentos, es expresión irrenunciable de la propia esencia” (Aparecida 399).

¿De qué manera la Iglesia debe contribuir a la gestación de una nueva sociedad en Venezuela, siguiendo los lineamientos del Documento de Aparecida?

En el actual momento histórico del país, la iglesia debe luchar por lograr avanzar de verdad hacia una nueva sociedad, justa, fraterna y de paz, requiere un cambio de mentalidad, una profunda conversión: un cambio en las actitudes espirituales que definan las relaciones de cada hombre consigo mismo, con el prójimo, con las comunidades humanas, incluso las más lejanas y con la naturaleza; y ello en función de unos valores superiores, como el bien común, o el pleno desarrollo “de todo el hombre y de todos los hombres”, según la feliz expresión de la Encíclica Populorum Progressio.

La Iglesia debe contribuir a la gestación de una nueva sociedad en Venezuela, siguiendo los lineamientos del Documento de Aparecida:

1.- Atendiendo los signos de los tiempos.

Los pueblos de Venezuela y de toda América Latina viven momentos de esperanza e impulsan importantes procesos de cambio. Una buena parte de ese pueblo alimenta su esperanza en la fe en Jesucristo hecho hombre entre los pobres de la tierra. La Iglesia Católica, comunidad de los seguidores de Jesucristo, enviada a anunciar y dar testimonio de la Buena Noticia en cada uno de los momentos de la historia humana quiere atender los signos de este tiempo y realizar su misión en la fidelidad a quien nos ha convocado.

2.- La contribución de la Iglesia

La Iglesia debe seguir su misión evangelizadora promoviendo la dignidad humana desde un plano integral, es decir, motivar a todos los hombres desde la nueva vida en Cristo que transforma a la persona de tal manera que la hace sujeto de su propio crecimiento, participando de la vida sacramental dentro de la sociedad y reconociendo que lo que hace falta no es un Estado que regale y domine todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio. La Iglesia es una de estas fuerzas vivas: en ella late el dinamismo del amor suscitado por el espíritu de Cristo.

2.1.- Presentar al Pueblo de Dios y a las personas de buena voluntad algunas reflexiones sobre la visión de la Iglesia en el proyecto del socialismo XXI.

Desde hace ya algún tiempo, se ha venido anunciando la implementación de un proyecto socio-político denominado “Socialismo del siglo XXI”. Tanto el Presidente de la República como voceros del Gobierno lo han señalado claramente. Se ha invitado a la iglesia a participar del diseño de dicho modelo con la discusión y puesta en común de reflexiones y puntos de vista. Según lo que ha venido apareciendo en los órganos de comunicación social, el debate está abierto. Desde esta perspectiva, la Iglesia tiene una palabra que decir, enraizada en su Doctrina Social y con basamento en la Palabra de Dios. Por ello, hemos considerado oportuno, conveniente y necesario presentar al Pueblo de Dios y a las personas de buena voluntad algunas reflexiones que permitan tener muy clara la visión de la Iglesia y el aporte que podemos y debemos brindar en la discusión sobre el “Socialismo del siglo XXI”.

Es en esa dinámica democrática en la que puede la iglesia hacer sus aportes desde una posición racional quienes propician formas distintas o representan la oposición política al actual gobierno.

3. Es necesario que todos los miembros de la Iglesia, cualquiera que sea su filiación política, sepan cuál es el contenido de lo que la Iglesia está en condiciones y llamada a aportar desde su densa tradición de fe y vida, enriquecida con el compromiso permanente de la Iglesia en el campo de la promoción humana y solidaridad con todos, en especial con los más pobres y excluidos de la sociedad.

4. La Iglesia no es un agente político pero tiene, un profundo interés por el bien de la comunidad política, cuya alma es la justicia, y ofrece su contribución específica en dos niveles. En efecto, la fe cristiana purifica la razón y le ayuda a ser lo que debe ser. Por consiguiente, con su doctrina social, argumentada a partir de lo que está de acuerdo con la naturaleza de todo ser humano, la Iglesia contribuye a hacer que se pueda reconocer eficazmente, y luego también realizar, lo que es justo.

5. Los sacerdotes, en especial a los párrocos, los religiosos y religiosas, así como los laicos que están comprometidos en la acción evangelizadora de la Iglesia en Venezuela deben facilitar a todos en sus diversas comunidades e instituciones el estudio y la reflexión buscando fortalecer, desde la fe y el compromiso cristiano en coherencia de vida y testimonio decidido, la presencia de nuestra Iglesia en todos los ámbitos del quehacer social de nuestra región y en el país.

Cuando la Iglesia ofrece su palabra y enseñanza lo hace desde el cumplimiento del mandamiento del amor fraterno (cf. Jn 13,35) y porque está urgida a renovar la unión con Dios y a volcarse con la fuerza del amor a una intensa y eficaz acción transformadora de la sociedad, saliendo de círculos cerrados. Al hacerlo, además de cumplir con la misión evangelizadora, está contribuyendo a la edificación del Reino de Dios en nuestra nación.

Un modelo propio para la Venezuela actual y futura puede encontrar su fortaleza en torno a políticas públicas orientadas a la superación de la pobreza, en las que las mismas personas afectadas por ella, sean protagonistas de su liberación con apoyo del Estado y de la sociedad civil. Sin aferrarse a una denominación u otra es posible encontrar múltiples áreas de coincidencia entre los más diversos actores políticos y sociales que hagan posible avanzar hacia una sociedad más justa y humana. La concepción y organización del Estado que puede hacer posible esa visión compartida del futuro de Venezuela es aquella que profundice los principios de la democracia que hacen posible el reconocimiento de todos en el proceso sociopolítico y el balance en el ejercicio del poder.

2. Analice una canción o película con contenido social y su vinculación con los postulados del Documento de Aparecida.

CANCIÓN:


CANTO A LA LIBERTAD
José Antonio Labordeta



Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.

Hermano, aquí mi mano,
será tuya mi frente,
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la libertad.

Haremos el camino
en un mismo trazado,
uniendo nuestros hombros
para así levantar
a aquellos que cayeron
Por hambre e ignorancia
en un sueño profundo
buscando libertad.

Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.

Sonarán las campanas
desde los campanarios,
y los campos desiertos
volverán a granar
unas espigas altas
dispuestas para el pan.
Donde Jesús sirva la mesa
enseñando su Palabra
de amor y de unidad.

Palabra que en los siglos
nunca fue pronunciada
entre todos aquellos
que hicieron lo posible
por empujar la historia
hacia la libertad.

Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.

También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver;
pero habrá que forzarla
para que pueda ser.

Que sea como un viento
que arranque los matojos
surgiendo la verdad,
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la vida humana y su libertad.

Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.


Esta canción titulada CANTO DE LIBERTAD, tiene relación con el articulo 399 del Documento de Aparecida porque contiene una letra donde se aprecia la esperanza de poder llegar a ver una tierra donde no haya exclusión ni opresión, donde el valor de la vida y de la libertad del hombre sean lo primordial, donde no haya pobreza ni miseria, donde suenen las campanas y los campos estén floridos de espigas dispuestas para el pan. Se reconoce por encima que los pobres son sujetos de la evangelización y de la promoción humana, siendo Jesús el centro de esa tierra…realmente es un canto de esperanza donde se reafirma que el irrenunciable compromiso a favor de los pobres, de su liberación, y contra la injusticia y la pobreza, es y debe ser el objetivo principal de la verdadera lucha. La lucha por la vida, la vida digna, sin hambre, desocupación o falta de la salud, o de la niñez y la vejez desamparadas, de la justicia y de la vigencia de todos los derechos humanos de ayer y de hoy.

Y así como el PAPA estremeció a los Obispos en APARECIDA aquí también hay un cierto acento de arrepentimiento por lo que no se hizo y así como abrió las conciencias de los presentes de que esta opción había perdido su urgencia en la pastoral de la Iglesia. Ya que no era vivida como prioridad, siento que es el grito de este canto escrito por José Antonio Labordeta.

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