Teoría de la opinión pública
Marcela Uribe V.
Licda: Mónica P Duarte Vence
C.I: 25181135
Sección: 002
1. FASE PROBLEMA O SITUACIÓN
A) se produce un hecho o situación
B) se plantea un tema en conversaciones o surge un problema y comienza la discusión
C) El ambiente es propicio al hecho y al tema. Se da el momento oportuno
FASE “PROPUESTA”
A) El tema llega a la gente
b) Surgen y se descartan soluciones
c) Hay un clamor desorganizado
SE INICIA EL DEBATE PÚBLICO
FASE POLÍTICA
A) Los miembros más activos buscan apoyo en los menos involucrados
B) Aparecen noticias, editoriales, columnas en los periódicos
C) Madura el ambiente y la gente va tomando posición
D) Se busca el consenso
E) Se hacen sondeos de opinión
F) Reacción del público o Resonancia
FASE PROGRAMÁTICA
a. Las instituciones toman decisiones
b. Las decisiones adoptadas se ponen en práctica
FASE DE VALORACIÓN
a. La opinión pública queda consolidada en ese tema
b. Se evalúan periódicamente los resultados de las medidas tomadas
Kimball Young distingue 4 etapas y una conclusión final
1. Planteamiento de un tema en conversaciones. Delimitación
2. Aparecen noticias en los periódicos
3. Madura el ambiente y la gente va tomando posición.
Los elementos irracionales, sentimentales cobran cada vez mayor fuerza
4. Se va logrando el consenso.
Se hacen los sondeos de opinión y se ve lo que sucede con la mayoría. Si se puede votar se logran los votos.
5. La decisión adoptada se pone en práctica
Jean Christian Fauvet
Describe el proceso, por las condiciones en que se da:
1. Se produce un hecho
El ambiente es propicio al hecho y al tema.
2. Se da en el momento oportuno
El hecho encaja en un cuadro significativo.
3. El tema le “dice” a la gente, le llega.
4. Para que la opinión tome cuerpo es necesario que responda a una necesidad ampliamente sentida
5. El hecho se da a conocer en los medios de comunicación
En un proceso total y completo se da una última condición:
6. Reacción del público (compra, sale a la calle, se manifiesta, etc.)
RESONANCIA
7. La opinión pública queda consolidada en ese tema
RESONANCIA
Es la intervención del público en ese fenómeno de formación de la opinión pública. Sobreviene en el momento en que se han cumplido las demás condiciones y cada persona encuentra un motivo moral, intelectual, cultural o social para participar en la controversia en la que se hayan los medios de comunicación y desarrolla algún comportmiento generado por los contenidos de éstos.
1.Falta de Competencia: las personas invierten poco tiempo en aprender lo necesario del mundo político quedando este fuera de su alcance, vista y mente.
2. Falta de recursos: carencia de métodos suficientes para la comunicación pública
“La Democracia necesita una nueva forma de hablar”.
Lo ideal es ofrecer mejores recursos a través de los medios de comunicación.
3. Susceptibilidad a la persuasión: llamamientos altamente emocionales y no racionales.
4. Tiranía de la mayoría: peligro de que prevalezca una mediocridad en la opinión, creada y mantenida por la presión de la mayoría
5. Dominio de las elites: creciente pasividad por parte del público que lo conduce a su dominio por parte del gobierno y las elites agrupadas.
Entorno cultural o contexto del pensamiento y las actitudes, referido a las creencias comunes, las predisposiciones colectivas, las tradiciones, los grados de participación social y de asociacionismo, etc. No es naturalmente permanente.
Indican los diferentes puntos de vista de la sociedad sobre los temas que dinámicamente confluyen o aparecen en ella. Fluye sin descanso en el entorno social, sin convertirse en fenómenos de opinión pública, sino que se debaten, se publican y, finalmente, generan demandas en los poderes.
ESTADOS DE OPINIÓN
Es lo mismo que las corrientes de opinión pero entendido de forma estática. Es decir, los pareceres sociales sobre un tema en un momento determinado. Son los miden las encuestas.
CÓMO SE FORMA LA OPINIÓN PÚBLICA.
La conciencia existente en los miembros de un grupo de formar una colectividad que mantiene opiniones semejantes con respecto a un tema, las discrepancias en torno a un acontecimiento entre dos públicos o entre todos y el poder, o la misma mediatización de la opinión, constituyen la Opinión Pública.
V. Rovigatti dice que la información es la que hace posible el paso de un conjunto de opiniones individuales a una única Opinión Pública. “La información crea un aglutinamiento de opiniones individuales y determina entre los opinantes la conciencia de formar parte de un grupo que tiene su propia fuerza de presión en la realidad social”.
Normalmente, suele tener lugar un proceso de retroalimentación. Una información es introducida a través de un medio dentro de un clima de opinión. Esa información se transforma en Opinión Pública, que da lugar a una serie de reacciones de las que resulta la adquisición de unos comportamientos determinados. Estos comportamientos serán el sujeto de una nueva información, y así sucesivamente.
El ambiente en el que se desarrolla un grupo social también interviene en la formación de la Opinión Pública. Las opiniones individuales, los patrones culturales y las decisiones de poder contribuyen a crear una Opinión Pública que puede estar orientada en un sentido o en otro. También hay quien dice que la Opinión Pública surge como objeto de estudio en cuanto las comunidades humanas se tornan lo suficientemente complejas como para dar lugar a la emergencia de pensadores, por lo que, según esto, la Opinión Pública como tal ha existido incluso en tiempos antes de Cristo.
El filósofo griego Platón, entendía la opinión como un punto intermedio entre el conocimiento y la ignorancia. La opinión no es episteme (ciencia), sino doxa (creencia), es un conocimiento parcial propio de la mayoría, a diferencia de la ciencia, que es un conocimiento reservado a unos pocos. Más adelante, en la Edad Media, autores como Maquiavelo entienden la opinión como la imagen que los súbditos tienen del príncipe, por lo que para gobernar sólo será necesario conocer la imagen que el pueblo tiene de los gobernantes y ofrecérsela.
“Opinión Pública” es un concepto con muchas definiciones, por lo que sería en cierto modo inconsciente tratar de darle una definición en concreto.
Tras haber realizado el presente trabajo, mi definición de opinión pública sería “lo que es sabido que piensa la inmensa mayoría de la sociedad acerca de un tema de actualidad”.
La Opinión Pública puede ser lo que piensa el público sobre los asuntos de interés general, pero también puede ser lo que los medios de comunicación dicen que es, es decir, aquellas opiniones que por una razón u otra son dominantes en el espacio informativo. En este sentido, los medios pueden convertirse en creadores de opinión pública y, por extensión, en creadores de corrientes ideológicas simpatizantes con aquellas que poseen los dueños de dichos medios de información.
LA OPINIÓN PÚBLICA. DEFINICIÓN.
Muchos son los teóricos de la información que han estudiado el fenómeno de la opinión pública, por lo que muchas son las definiciones que se dan del concepto. A continuación, vamos a dar algunas de ellas y vamos a tratar de averiguar de qué estamos hablando cuando hablamos de la “Opinión Pública”.
La Opinión Pública está formada por un sector de la población que expresa sus puntos de vista con respecto del poder o la sociedad. La Opinión Pública puede ser lo que piensa la gente sobre los asuntos de interés general, pero también puede ser lo que los medios de comunicación dicen que es, es decir, aquellas opiniones que por una razón u otra son dominantes en el espacio informativo.
La Opinión Pública es considerada en muchos casos la expresión de la soberanía popular, que busca representar el peso del pueblo en las tareas de gobierno, legitimando y controlando el poder y el sistema democrático. Es una especie de fuerza política que controla lo que tiene lugar en torno a la cosa pública, un cuarto poder que vigila y apoya a los tres poderes en los que está basado todo Estado de derecho.
Entre la Opinión Pública y los medios de comunicación se establece un fenómeno de retroalimentación, que consiste en que la Opinión Pública influye en las decisiones tomadas por las autoridades y, a su vez, las acciones de éstas influyen sobre la Opinión Pública.
Cándido Monzón señala que, en cierto modo, a lo largo de la historia siempre han existido fenómenos de Opinión Pública, porque siempre ha habido comunidades o pueblos cuyos miembros mantienen relaciones sociales unos con otros. En estas comunidades siempre hay una autoridad que dirige la sociedad, por lo que necesariamente debe aparecer una comunicación política entre gobernantes y gobernados, y éstos han de participar en los asuntos públicos, creándose así una Opinión Pública.
Algunos pensadores de finales del s. XIX, contemplaron la Opinión Pública como un producto de una fuerza instintiva adornada de razones, en lugar de un fruto salido a partir de un debate razonado. Así, dirán que la Opinión Pública no se reconoce en la razón, la reflexión o el diálogo público, sino en los estereotipos que encubren los impulsos de las multitudes. Por el contrario, los liberales sostendrán que la Opinión Pública es una expresión razonable y razonada, aunque los teóricos de la sociedad de masas le añadirán el carácter de mediatizada, mediocre e impersonal, y dirán que las técnicas de persuasión, el poder de las clases dominantes y el control que éstas ejercerán sobre los medios, permitirán tener a la Opinión Pública secuestrada.
Hoy día, la Opinión Pública más que un fenómeno de mayorías es un fenómeno de minorías cualificadas que, gracias a su poder, capacidad de liderazgo y prestigio, arrastran tras de sí a las multitudes.
La Opinión Pública es pública en tres sentidos:
-En cuanto que su sujeto es el público.
-En cuanto que se hace accesible a todo el mundo, se hace pública.
-En cuanto se dirige a la res pública, a los asuntos de interés público.
La Opinión Pública internacional
Sólo se diferencia de la nacional en que los acontecimientos que entran en juego gozan de una mayor dimensión.
M. Merle dice que la Opinión Pública internacional nace a partir de opiniones nacionales representadas a través de un representante, a partir de consensos facilitados por los medios de comunicación, o a partir de la actividad militante de ciertos grupos que defienden causas transnacionales.La Opinión Pública internacional se expresa a través de foros y conferencias de ámbito internacional, y está ayudada por los medios de comunicación. Su origen no se encuentra tanto en el pueblo como en los organismos de poder, lo que la hace fuertemente mediatizada desde arriba, dejando en un lugar secundario al público internacional. Suele intervenir para denunciar abusos de poder, para defender derechos y libertades o para dar a conocer la existencia de una conciencia colectiva, pública, viva y universal sensible a los problemas de la humanidad.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
Los mass-media son vehículos a través de los cuales se construyen cogniciones socialmente compartidas y formas de interpretar la realidad.
Alimentan el flujo de la Opinión Pública creando tendencias en ella. La proveen de objetos de atención y pensamiento, así como explicaciones relativas a ellos.
Los medios de comunicación hacen sentir al espectador partícipe de los acontecimientos que observa, los cuales son los que los medios le muestran, pues a la vez se le están ocultando otros que están sucediendo en el mismo momento.
Los medios de comunicación están en manos de empresas multimillonarias que únicamente velan por su interés. Así por ejemplo, tal y como señala Ignacio Ramonet en Cómo nos venden la moto, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE afilian al servicio de sus ideas a centros de investigación, universidades y fundaciones mediante su financiación. Estos centros propagan y afinan la información financiada a través de esas entidades multimillonarias, creando un pensamiento único en la sociedad acorde con los intereses de estas entidades.
INFLUIR EN LA OPINIÓN PÚBLICA.
Los esfuerzos bélicos de principios del siglo XX requerían que la población se sintiese unida por algún sentimiento tal como amar a la patria u odiar al enemigo. En este aspecto, la propaganda jugó un papel esencial. Los mensajes transmitidos a través de folletos, periódicos y demás medios de comunicación, lograron persuadir a la Opinión Pública de aquellas opiniones que interesaban al poder, y ejemplos de ello los encontramos en la época del nazismo, donde la sociedad alemana llegó a tener un alto grado de convencimiento de que lo que decía Hitler acerca de la superioridad de la raza aria era cierto.
La Opinión Pública es (o está en función de) lo que deciden los líderes políticos, y sobre todo las personas que controlan los medios de comunicación. Los intereses de éstos mueven a la Opinión Pública, utilizando métodos de persuasión y manipulación.
También hay quien dice que, los medios, más que crear opiniones en la población, lo que hacen es reforzar las ya existentes. Así por ejemplo, la televisión no nos va a dar razones para votar a un partido al que no pretendíamos votar desde un principio, sino que nos va a dar más razones para votar al que ya teníamos pensado.
Alrededor de 1940, a raíz de unos estudios realizados, se descubrió que no son tanto los medios los que influyen en la Opinión Pública como los líderes de opinión. Los medios transmiten mensajes a los líderes de opinión y éstos hacen lo propio con la población. No obstante, Lang dice que, aunque la influencia de los líderes de opinión parece más persuasiva, desde el punto de vista de la gran sociedad la influencia de los mass-media es más poderosa.
Otras teorías no ven a la Opinión Pública como un campo en el que influir, sino como un elemento más que puede ser manipulado apoyándose en las técnicas que operan en el mercado para lograr unos intereses concretos. A lo largo de la historia, han sido numerosos los casos de utilización de la Opinión Pública para servir al propio interés.
A principios del s. XX, la Opinión Pública es convertida en objeto de manipulación y control bajo el efecto de la propaganda. Como fenómeno de masas, estará expuesta a la acción y dirección que impongan los líderes en una sociedad.
Las masas son pasivas, receptivas y fácilmente manipulables. En los regímenes totalitarios esta capacidad para ser manipulables viene dada porque siguen la dirección que marca la autoridad política a la fuerza, no tienen otra salida, han de obedecer al dictador de turno. En los regímenes democráticos las técnicas de persuasión y propaganda son utilizadas por aquellos agentes que venden ideas, productos y servicios, por lo que las propias masas son las que compran su capacidad para ser manipulables.
Mills distingue entre la sociedad de públicos y la sociedad de masas:
En el público todos los miembros expresan opiniones, que además pueden ser contestadas de manera inmediata y sin la intervención de instituciones autoritarias. La Opinión Pública se forma en torno a minorías cultas con acceso a los medios de comunicación.
En la masa, por el contrario, el número de personas que emite opiniones es menor que el número de personas que las reciben, y las opiniones no pueden ser replicadas en el momento. Además, la intervención de instituciones autoritarias puede estar presente.
En la masa, la Opinión Pública se crea entorno a las élites, que transmiten sus mensajes a los líderes de opinión a través de los medios de comunicación, y éstos (cargados de autoridad moral por los ciudadanos-masa) se los transmiten a la masa.
El conocer lo que piensa la Opinión Pública es útil de cara a muchos campos del espectro social, y uno de esos campos es el electoral. Así, Roosevelt en el año 1933, se sirvió de datos proporcionados a partir de estudios cuantitativos de la Opinión Pública para conocer las intenciones de voto de los electores y, en función de ello, orientar su campaña en uno u otro sentido.
En ocasiones, algunas instancias de poder utilizan la Opinión Pública para legitimar sus intereses frente a la población, por ejemplo cuando es utilizada por los grupos de presión, los líderes de opinión o las élites, que presentan como interés general, lo que sólo es interés de unos pocos. Estaríamos hablando entonces de sujeto aparente (público) y sujeto real (las élites).
INFLUENCIA DE INTERNET EN LA OPINIÓN PÚBLICA
Según Cándido Monzón, la existencia de Internet ha generado cambios tanto en el modo en que se forma la Opinión Pública como en su contenido. Con la red, el público ya no es sólo receptor, sino que también desempeña el papel de emisor, tomando papel activo en la comunicación. La comunicación se ha descentralizado, y quien participe en Internet debe contemplar la posibilidad de ser contestado, cosa que antes, con la televisión y la radio, no ocurría.
Internet también ha dado lugar a nuevas formas de activismo político que se dan a través de los portales de contrainformación, donde los movimientos sociales como el anti-globalización son difundidos de forma permanente. La red es de los pocos formatos en los que este tipo de información puede propagarse, ya que los principales medios de comunicación están en manos de grandes empresas, cuyos intereses difieren mucho de los intereses de los movimientos sociales.
Por otra parte, la influencia en la Opinión Pública a través de la red no es tan potente como a través de otros medios como la prensa escrita o la televisión, precisamente por la falta de control que existe sobre Internet. El hecho de que el público tome un papel activo en la comunicación hace que “cualquiera” pueda “publicar noticias” en la red, por lo que la gente tenderá más a desconfiar de su contenido y la influencia o la persuasión que se intente ejercer no será tal.Internet también es un instrumento de respuesta rápida para generar movilizaciones en situaciones críticas, como la que tuvo lugar el 13 de marzo de 2004 en España, como respuesta a la manipulación informativa que se llevó a cabo con respecto a los atentados del 11-M.
ALGUNOS EJEMPLOS DE MANIPULACIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA
Una de las labores de propaganda más importantes a lo largo de la historia fue la llevada acabo en Estados Unidos durante el gobierno de Wilson. Aunque la población era muy pacifista, la administración Wilson había decidido tomar parte en la I Guerra Mundial, por lo que era necesario hacer ver a la población lo importante que era participar en esa guerra. Para ello se creó la Comisión Creel, con lo que los ciudadanos pasaron de ser seres pacíficos a ser personas violentas ansiosas por destruir todo lo que fuese alemán. El poder financiero y mediático prestaron su apoyo a esta operación. Se trataba principalmente de convencer a las personas más inteligentes de la sociedad, lo demás vendría solo, a partir de la autoridad moral que éstos imponían sobre la población.
Lippman, en su día, pensó que estas técnicas de propaganda podrían servir para fabricar consenso, tan útil y necesario en las democracias; aunque otros autores no ven estas técnicas con tan buenos ojos. Chomsky, por ejemplo, entendiendo la propaganda como algo en cierto modo peligroso, dice que la propaganda es a la democracia, lo que la cachiporra al estado totalitario.
Otro ejemplo de manipulación de la Opinión Pública se dio en 1937, cuando los trabajadores del sector del acero convocaron una huelga en Johnstown. Había que enfrentar a la gente contra los huelguistas, fabricando una imagen de ellos que los mostraba como seres destructivos y perjudiciales para la sociedad. Se les presentaba ante los ciudadanos como salvajes que atentaban contra la armonía de la que gozaba América, y no fue difícil que la gente dedujera que había que pararles los pies. Con ello, la huelga no consiguió el efecto que inicialmente deseaba. Vemos aquí que gracias a la propaganda también se pueden pisotear los derechos de los trabajadores.
Un caso parecido es el que ha habido recientemente con la huelga de los trabajadores de la limpieza del Metro de Madrid. Los medios de comunicación han criminalizado su huelga difundiendo las famosas imágenes de anónimos esparciendo basura por las instalaciones del suburbano o las del encapuchado que vierte aceite por el suelo de una estación, lo que provoca la caída de dos señoras. Esto ha provocado un sentimiento de rechazo por parte de la población hacia la huelga de limpieza (si es que no existía ya por la incomodidad que suponía para los viajeros las cantidades de basura que había por los suelos) y hacia los trabajadores que la secundaban.
Uno de los casos más importantes de influencia en la Opinión Pública a través de los medios de comunicación, es el gestado desde el periódico EL MUNDO, la cadena de radio COPE y el portal web de información Libertad Digital para tratar de implicar a ETA en los atentados del 11-M. El 3 de Mayo de 2006 EL MUNDO titulaba: “La furgoneta del 11-M tenía una tarjeta del Grupo Mondragón en el salpicadero”.
Fernando Múgica, autor del artículo que lleva dicho título, señala que “para los policías que habían trabajado en la lucha contra ETA, gentes cercanas a empresas del Grupo Mondragón estaban situadas en el entorno del mundo abertzale”, y que la tarjeta encontrada “desviaba la atención hacia el norte”. Se ve claramente la intención de implicar a la banda en el asunto, sobre todo cuando en el inventario de los efectos recogidos en dicha furgoneta podemos leer claramente que no se trata de una tarjeta del Grupo Mondragón, sino de una cinta de la Orquesta Mondragón, que estaba junto a otras de Luciano Pavarotti o “Los grandes mitos del Rock and Roll”.
Según la teoría del impacto colectivo de Mills, los efectos de los medios de comunicación en la población son de carácter persuasivo, por lo que los medios y las personas que los controlan tienen un cierto poder sobre la sociedad para crear en ella opiniones de las que emergerán unas determinadas conductas.
Este poder se ve reforzado sobre todo en la sociedad de masas, donde los individuos están dispersos y aislados, y donde la capacidad crítica no tiene lugar. Los medios le dicen al hombre-masa quién es (le dan una identidad), qué quiere ser (le dan unas aspiraciones), cómo puede llegar a serlo (le dan una técnica) y cómo sabrá que ya es como quiere ser (le dan un escape). Otros autores hablan de los medios de comunicación de una forma más positiva, al decir que son elementos que contribuyen al refuerzo de la democracia, porque ponen el mundo al alcance de todo ciudadano creando una Opinión Pública informada y consciente.
El esquema conductista E-R ve al receptor como un sujeto que recibe mensajes para trastocar su mapa mental. Sostiene que los efectos son respuestas a determinados estímulos, por lo que podemos conocer cómo va a reaccionar la Opinión Pública ante una determinada información.
La violencia en la televisión es una constante, y gran parte de la población mundial se pasa numerosas horas viendo televisión. Esto podría influir en los televidentes creando conductas violentas en ellos y comportándose de modo antisocial. Sin embargo, el teórico de la información George Gerbner contempla esta influencia desde otro punto de vista: el de la victimización. Gerbner observa que, en contra de lo que se cree, cuando alguien está expuesto a una sesión de violencia constante no se identifica tanto con el agresor como con la víctima. Por ejemplo, ante la película de La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick, el espectador no se identificaría tanto con Alex y sus “drugos” como con las personas que sufren sus fechorías. Este complejo de víctima condicionaría en él una idea de vivir en un “mundo mezquino”, en el que se tiene “miedo a que me pueda pasar algo como en la película”, y daría lugar a una actitud permisiva con respecto a regímenes totalitarios y demás formas de represión.
Otra de las teorías más conocidas es la de la espiral del silencio, de Noelle-Neumann. La autora sostiene que las personas tienen la capacidad de intuir las opiniones mayoritarias y minoritarias que hay en una sociedad. Según esta teoría, la gente tiende a manifestar sus opiniones cuando sabe que coinciden con las de la mayoría y, por el contrario, tiende a callarse cuando se sabe en minoría. Esto hace que la opinión que recibe apoyo explícito parezca más fuerte de lo que en realidad es, y la que no lo recibe parezca más débil. Una de las razones por las que la espiral del silencio tiene lugar es el miedo al aislamiento. Así, un punto de vista domina la escena pública mientras que otro va desapareciendo paulatinamente hasta quedar un núcleo duro que desafía la amenaza al aislamiento.
Los medios de comunicación tienden a crear una opinión mayoritaria en una sociedad, por lo que, aplicando la teoría de Neumann, tienen la capacidad de callar las opiniones que no interesan dándoles menos cobertura y convirtiéndolas en minoritarias.
Con la teoría de la agenda-setting se pretende explicar el importantísimo papel que los medios juegan en la influencia en la Opinión Pública al hablar de unos temas y callar otros. Los medios llaman la atención sobre determinadas cuestiones y crean marcos de interpretación de los acontecimientos sociales. Más que determinar lo que la gente debe pensar, determinan sobre qué deben pensar al tratar unos temas y no otros.
Los medios dan información y jerarquizan los problemas en función a unos intereses determinados. Dan importancia a determinados temas a base de repetirlos día tras día y, por consiguiente, la Opinión Pública considerará importantes esos temas. Cándido Monzón dice que crean una realidad de “segunda mano” a la que acuden los individuos para construirse su mapa cognitivo y dar respuesta a los problemas que se les plantean diariamente.
Un ejemplo de este tipo de manipulación lo encontramos en 1986, cuando los supervivientes del Grupo de Derechos Humanos de El Salvador fueron detenidos y torturados en La Esperanza. 430 presos de los 432 que había de esa cárcel relataron bajo juramento las torturas dirigidas por un oficial del ejército de los EEUU. Existía incluso un vídeo que mostraba a esas personas testificando sobre las torturas. La prensa nacional no ofreció cobertura informativa y las emisoras de TV rechazaron emitir el vídeo. Nadie iba a tener interés. El director del Grupo de Derechos Humanos, Herbert Anaya, fue liberado y posteriormente asesinado, al parecer por las fuerzas de seguridad apoyadas por los EEUU. Los medios de comunicación no dijeron nada. Quizá, si lo hubieran denunciado en lugar de ocultarlo, Anaya podría haber salvado la vida.
Otro ejemplo que ilustra hasta qué punto los medios deciden sobre qué temas puede hablar la población se produjo en la guerra del Golfo del 90, los medios de comunicación no escribieron ni una línea acerca de la existencia de una oposición democrática al régimen de Hussein en Irak, ya que éstos también estaban en contra de la intervención bélica americana, lo que chocaba con los intereses de EEUU si su población se enteraba.
Antes de que empezara el bombardeo, a mediados de enero, The Washington Post y la cadena ABC elaboraron una encuesta con la siguiente pregunta: “Si Irak aceptara retirarse de Kuwait a cambio de que el consejo de seguridad estudiara la resolución del conflicto árabe-israelí, ¿estaría de acuerdo? Dos tercios de los americanos estaban a favor. Pero cabe presumir que cada individuo creyese que era el único en pensar así, ya que en la prensa nadie había dicho que eso podría ser una buena idea, a pesar de que la propuesta estaba realmente sobre la mesa.
Si hubiesen sabido que no estaban solos y que Irak había hecho precisamente la oferta señalada, es seguro que la proporción de personas a favor hubiera sido mayor. Pero como no se contempló esa posibilidad en la prensa fue posible seguir adelante con la política belicista sin ninguna oposición. Éste es un claro ejemplo de agenda-setting y espiral del silencio. De agenda-setting porque la prensa decide si dar a conocer o no la posible retirada de Kuwait por parte de Irak, que al final decide no darla a conocer; y de espiral del silencio porque los encuestados contestan sin saber que más personas estarían de acuerdo con su respuesta, es decir, no estarían solos, y no tendrían por qué temer al aislamiento por el hecho de tener una opinión minoritaria.
El priming es la extensión de los efectos de los medios, que crearán parámetros y normas a partir de los cuales los ciudadanos evaluarán cuestiones sociales y políticas del mundo en el que viven.
Jo y Berkowitz sostienen que cuando una persona ve, lee o escucha un suceso a través de un medio de comunicación, en su mente se activan ideas de significado parecido que, a su vez, activan otras ideas semánticamente relacionadas que influirán en las evaluaciones que realizan. Las personas menos susceptibles de verse influidas por el priming son aquellas que poseen un cierto conocimiento e interés sobre los temas tratados.
EL PÚBLICO ANTE LA INFLUENCIA DE LOS MEDIOS.
La teoría de la disonancia cognoscitiva de Festinger sostiene que, para reducir las contradicciones que existen en un sujeto entre sus acciones, principios y su conocimiento; el sujeto recurre al consumo de los medios, y busca construir una congruencia lo más grande posible. Para Festinger la consonancia es el estado natural, pero pueden darse situaciones incongruentes que provocarán una cierta disonancia. Ante esto, las personas buscarán reducir esa disonancia hasta alcanzar la consonancia plena, al mismo tiempo que evitarán estar expuestos a informaciones que puedan aumentar esa disonancia.
Para reducir la disonancia se transforman uno o varios de los elementos comprendidos entre las relaciones disonantes, se añaden elementos cognoscitivos consonantes con una cognición ya existente, o se le resta importancia a los elementos incluidos en las relaciones disonantes. Es decir, tal y como decía Klapper, la gente tiende a exponerse a aquellos medios de comunicación de masas que están de acuerdo con sus intereses y actitudes ya existentes. Evita las comunicaciones de tipo contrario, y, si queda expuesto a ellas, resta importancia a su contenido o las acomoda a sus intereses y puntos de vista. Es lo que Klapper denomina proceso de autoprotección.
Los grupos sociales son intermediarios de la Opinión Pública, ya que crean en sus miembros la idea del “nosotros”, presionando sobre los distintos miembros para no perder la identidad.
Entre las décadas de 1950 y 1970 se investigaron los cambios que pueden producirse en las actitudes de los individuos como consecuencia de los medios de comunicación de masas. Las investigaciones se consolidaron con el programa de comunicación de la Universidad de Yale.
Con dicho programa se descubrió que el público tiende a aceptar o rechazar un mensaje, más que por su contenido, por la persona que lo emite. Así, la gente no escucha una determinada emisora de radio por el simple hecho de que den unas determinadas noticias, sino porque esas noticias son contadas por un determinado periodista que simpatiza con sus ideas. La credibilidad del comunicador es la variable que más impacto tiene a la hora de forzar un cambio de opinión.
Se facilita el cambio de actitud de una persona cuando las opiniones se transmiten a través de un mensaje sencillo, sin demasiados argumentos y con apelaciones a los sentimientos. Los mensajes bilaterales suelen ser más eficaces para influir en aquellas personas con un grado de cultura e inteligencia alto, mientras que los mensajes unilaterales influyen más en audiencias con bajo nivel intelectual o ya ganadas, como es el caso de los mítines políticos. No obstante, los mensajes bilaterales dan al comunicador una mayor credibilidad, ya que permiten anticipar los argumentos del adversario y, por consiguiente, refutarlos con mayor facilidad.
Una de las prácticas más utilizadas por los medios para influir en la población es el recurso a expertos en un determinado tema, ya que si un experto avala un punto de vista, la Opinión Pública tiene razones para avalarlo también, porque no está hablando un “cualquiera”, sino un experto.
Las personas inteligentes son más propensas a pensar por sí mismas, por lo que la influencia de los medios de comunicación sobre ellos será menor que la que tiene lugar en las personas no tan inteligentes, y tenderán más a mantenerse en su posición inicial.En cuanto a sexos se refiere, los investigadores de la Universidad de Yale descubrieron que las mujeres son más persuadibles que los hombres como consecuencia de los papeles sociales que ambos han aprendido a desarrollar. Mientras que las mujeres son socializadas para ser cooperativas y mantener la armonía social (lo cual favorece el asentimiento sin cabida para la discusión y, por lo tanto, el incremento de la capacidad para ser influida), los hombres son socializados para ser independientes y afirmativos, lo que facilitará la resistencia a la influencia.
La tecnología y sus avances, al cambiar el estilo de vida de los humanos, han cambiado también la forma de comunicación entre los mismos. Es así que la tecnología, a través de los medios de comunicación, ha desempeñado un papel relevante en la formación de la opinión pública y en los temas que ésta debate. De tal suerte que hoy en día se ha generado una relación de dependencia entre la sociedad y los medios. Sin embargo, esta relación no es tan simple, pues se encuentra estrechamente vinculada al tipo de régimen político en el que se presente. Así mismo, la importancia de la opinión pública tendrá un enfoque distinto en los regímenes autoritarios y en los democráticos. Este último dará mayor espacio a la tecnología y a los medios de comunicación, fomentando con ello la comunicación de masas y al mismo tiempo, la generación de una nueva opinión pública.
El siglo XXI introduce cada vez más a la humanidad en la era de las comunicaciones. Hoy en día, es inconcebible entender o vivir la vida sin los instrumentos y las herramientas adecuadas para estar bien comunicados con el mundo. Un solo botón puede trasladar a velocidad luz a una persona a cualquier región del planeta. No hace falta ya esperar meses para recibir noticias de algún familiar que vive en otro continente; un solo click y se puede, incluso, verlo a través de la pantalla de una computadora. El mundo y los seres humanos, hoy en día, contamos con todas las opciones para comunicarnos, informarnos, y hacernos escuchar.
Sin duda, los avances tecnológicos han venido a facilitar la vida de las personas, a hacerla más práctica, más cómoda e incluso, más rápida. Pero no sólo eso, sino que también ha transformado sus medios de expresión. Le ha proporcionado las herramientas adecuadas para expresarse y para hacer valer su voz, tanto, que hoy en día, para los medios de comunicación y para algunos gobiernos, lo más importante es lo que la gente piense y exprese, es decir, la opinión pública.
Los medios electrónicos y la opinión pública.
No cabe duda que cada invento tecnológico ha traído consigo una revolución a la vida y al entendimiento de los seres humanos. Dentro de estas grandes revoluciones, una de las más palpables ha sido la inmediatez, sobre todo, en cuanto a la obtención de información se refiere. En este sentido, son precisamente los medios de comunicación los que más se han adaptado a esta tarea. En especial, los medios electrónicos, los cuales, han adquirido una gran popularidad en los años recientes.
No es extraño pensar que la transfomación de los medios de comunicación se encuentra muy relacionada con el ritmo de la vida tecnológica de los humanos modernos. Ya lo mencionaba Böckelmann al referirse a la selección que hacen los agentes de la comunicación de masa de sus contenidos: "Las preferencias del público reflejadas por el comunicante deciden el contenido y la forma de la producción de los medios" (Bökelman, 1983, p.158).
La radio y la televisión se han posicionado como las principales fuentes de información, porque han desarrollado los formatos ideales (basados en la síntesis, en la inmediatez y en lo espectacular) para cubrir la demanda informativa de las personas (Según Böckelmann, "la televisión tiene una credibilidad relativamente grande y un atractivo igual, especialmente porque da la sensación de autenticidad, se presenta a las personas de forma impresionante y posee la ventaja de la actualidad") (Bökelman, 1983, p.194).
Ahora bien, ¿Qué es la opinión pública? Young K., en su obra La opinión pública y la propaganda, define como opinión pública a: las opiniones sostenidas por un público en cierto momento. Aparece cuando las costumbres y los sentimientos que la sustentan son puestos en cuestión o cuando surge algún conflicto acerca de un valor (Young, 1995, p.11-12). Esta definición se encuentra enteramente relacionada con lo que en los medios electrónicos se conoce como "Agenda Setting", que no es otra cosa que la idea de que los medios no le dicen a la gente qué pensar, sino en qué pensar (Baran y Davis, 2003, p.299).
Para Muller, la comunicación de masas es "la transmisión de contenidos de actualidad, de distracción o bien instructivos, dirigida a una conjunto de receptores heterogéneo, anónimo, pero no aislado socialmente, con ayuda de un montaje técnico organizado de forma compleja" (Muller, citado en Bökelman, 1983, p.39)
No obstante, a pesar de todo, no se puede negar que los medios electrónicos hoy en día han alcanzado una gran importancia en la vida de los individuos. Así mismo, se puede considerar que el alcance de los medios electrónicos, ha hecho posible que exista una dependencia sociedad-medios. Los medios electrónicos se han convertido en un referente social, en el parámetro que debe seguir un individuo en su vida. Esto lo han logrado gracias a la cobertura que la tecnología les ha permitido alcanzar. Con ello, los medios electrónicos se han convertido en un aparato de influencia, de conocimiento y de información para los individuos.
Es claro, que el uso de la tecnología variará también dependiendo del régimen político del que se trate. La experiencia nos ha enseñado, que los regímenes autoritarios tienden a evitar que sus ciudadanos tengan un gran acceso a la utilización de medios tecnológicos. El fin de evitarlo es, precisamente, el no perder el control de sus conciencias. Ello porque el abrirle a las personas el conocimiento tecnológico, y sobre todo, el acceso a la información, las llevaría a cuestionarse la autoridad y el poder de sus gobiernos.
En un estado autoritario y benefactor, el gobierno desea tener a la gente de su lado. Mostrarle la existencia de otra realidad podría minar esa lealtad. Es así como en países como Cuba, el uso de internet se encuentra restringido y, en Rusia, los medios de comunicación han pasado a poder del estado.
Retomando lo dicho anteriormente, los países con regímenes autoritarios o con tendencias autoritarias, evitan que sus ciudadanos tengan contacto con la tecnología; sin embargo, los gobiernos tienen toda la libertad de emplearla. En estos casos, es el gobierno, apoyado en los medios electrónicos, el que genera la agenda setting. Es decir, la tecnología es utilizada por los gobiernos autoritarios como un instrumento más de control de la ciudadanía. Por ello, se transmitirá y discutirá sólo lo que el Estado considere pertinente para sus intereses, así pues, los medios de comunicación se convertirán en un excelente medio de propaganda gubernamental. Obviamente, el acceso de los ciudadanos a dichos medios se encontrará restringido, o tal vez, sea inexistente.
En contraparte, se encuentran los regímenes democráticos y liberales. Aquí, la tecnología adquiere especial relevancia, debido a que existe una mayor libertad del individuo para acceder a ella. Esto ayudado por los valores que promueven los regímenes democráticos como la libertad de expresión, la participación, el respeto a las decisiones y opiniones de la mayoría. En ello, se encuentran incluidos valores como la tolerancia y la igualdad. Por tal motivo, en los regímenes democráticos la opinión pública adquiere una relevancia muy especial, y por consecuencia, la multitud y la muchedumbre, también.
Ya lo mencionaba Habermas al expresar que en el mundo actual, "crece la propensión a creer en la masa, y cada vez más es la opinión pública la que gobierna al mundo" (Habermas, 1981, p.165). Y cada vez existen más canales, la mayoría de ellos proporcionados por la tecnología, a través de los cuales tiene posibilidad de expresarse.
La multitud, la tecnología y la opinión pública.
Alfons Cornella, en su libro Futuro Presente. El futuro es atreverse hoy, menciona que las multitudes son notablemente inteligentes, quizá mucho más que el individuo más inteligente de todos los integrantes de la multitud. Por tal motivo, si se necesita tomar alguna decisión, no habrá más que preguntarle a la multitud.
En este sentido, lo que Cornella plantea es que la suma de opiniones que, obviamente, tienen como base la opinión individual de cientos o miles de personas, dará un resultado más preciso y apegado a la realidad, que la opinión o el análisis de la persona más inteligente del mundo (Cornella, 2005, p.85). Cornella presenta un ejemplo de decisiones colectivas, en el que, un buscador como Google, ayudado por la multitud que consulta el internet, puede saber qué páginas son prioritarias (Cornella, 2005, p.87). A nivel tecnológico, quizá el tema de las multitudes funcione. A nivel social o político, tal vez sea difícil.
Según Le Bon, una muchedumbre, es una aglomeración de individuos que son todos diferentes. Al mismo tiempo, son capaces de formar un alma colectiva y transitoria. En una muchedumbre, se desvanece la personalidad consciente. En ella, el más erudito de los hombres, se puede convertir en un hombre primitivo (Le Bon, 1903, p.34).
Quizá, las multitudes que trabajan de manera colectiva, pero a distancia y ayudadas por la tecnología, puedan resolver problemas de manera adecuada, no así, la reunión física de miles de individuos. Por tal motivo, se debe ser cuidadoso cuando se hable de la opinión y deseos de las multitudes. No reparar en el contexto del que se trate y creer ciegamente en la veracidad de la muchedumbre, puede acarrear más problemas de los debidos.
En cuanto a la multitud tecnológica, ésta tendrá mayor posibilidad de generar una opinión pública; empero, la muchedumbre no. A través de foros generados en los blogs, las personas pueden expresar su opinión de manera ordenada, todavía anteponiendo la razón a sus sentimientos. En la muchedumbre física es difícil que todo esto se genere. No resulta extraño, entonces, que los gobiernos comiencen a realizar consultas ciudadanas a través de la web.
CONCLUSIÓN.
No cabe duda que el desarrollo de la opinión pública, los logros que ésta ha alcanzado para su beneficio y la importancia que ha adquirido para los gobiernos, tienen mucho que ver con los medios de comunicación y los avances tecnológicos. La historia sería distinta si no existiera la tecnología o no se empleara para cubrir las necesidades que tienen los individuos. La tecnología ha sido capaz de satisfacer las demandas de información, de comunicación y de expresión de las personas. Así mismo, han ayudado a la formación de opinión pública.
Bien es cierto también, que en bastantes ocasiones, la tecnología ha traído efectos negativos a la vida de los humanos, como los excesos. En el caso que nos ocupa: exceso de información y comunicación, lo que en muchos casos en lugar de ayudar a las personas, las sumerge en un mundo de confusión e inseguridad que no ayuda en mucho a la generación de una opinión pública responsable. No obstante, a pesar de las cosas buenas y malas, la humanidad ha emprendido una carrera hombro con hombro con la tecnología.
Los medios de comunicación, son una herramienta muy importante, incluso, para hacer política. Es por esto, que la opinión pública debe estar vigilante en este aspecto, la tecnología ha demostrado ser tan poderosa, que en manos equivocadas pudiera ser utilizada en perjuicio de la misma sociedad y sus libertades.
En pocas palabras, la tecnología se ha mezclado de forma muy estrecha en la vida de los individuos. Hoy en día existen muy pocos ámbitos que escapan de la influencia tecnológica. Contrario a lo que se puede pensar, la tecnología llegó no para deshumanizar al mundo, sino para volverlo más humano. Por ello, no deben resultar extraños los grandes avances tecnológicos en materia de comunicación (una necesidad primordial entre los individuos). Quizá la utilización que se ha dado de estos avances no ha sido la más adecuada para lograr una mejor y más informada opinión pública; sin embargo, muchas cosas buenas se han logrado y todos los días, a la par de la aparición de invenciones y avances tecnológicos, también se encuentra una posibilidad positiva de mejora.
Teorías como la que explica Gerbner sobre el fenómeno de la victimización o Noelle-Neumann sobre la espiral del silencio me han llamado poderosamente la atención. La primera por presentar la influencia de la violencia en la televisión desde un punto de vista que no conocía, lo que me ha hecho comprender una de las razones por las que la gente tiene tanto miedo de “el otro” y deposita toda su confianza en la policía para que nos proteja del exterior; la segunda porque me ha hecho reflexionar sobre hasta qué punto los ciudadanos estamos en manos de los medios de comunicación, pues son éstos los que deciden qué es lo políticamente correcto y qué es lo políticamente incorrecto creando opiniones mayoritarias y silenciando otras minoritarias.
Conociendo las diversas técnicas que los medios afines a determinados partidos políticos, empresas y demás focos de poder, usan para meterse a la Opinión Pública en el bolsillo (la más llamativa quizás sea la apelación a los sentimientos) pienso que la objetividad en la información actual no existe, y que si se quiere estar bien informado es inútil pretender encontrar un medio de comunicación que sea rigurosamente objetivo, lo que hay que hacer es informarse a través del mayor número de medios posibles, a través de medios de todos los colores y tendencias. Sólo así se estará realmente informado.
Baran, Stanley J.y Davis, Dennis K. Mass Communication Theory, foundations, ferment, and future (Canadá, ed. Wadsworth, 2003).
Bockelman F. Formación y funciones sociales de la opinión pública, (Madrid, ed. G.G., 1983).
Cornella, Alfonso, et. Al. Futuro Presente, El futuro es atreverse hoy. 101 ideas –fuerza para entender las próximas décadas (Barcelona, Ed. Deusto, 2005)
Le Bon, G. Psicología de las multitudes (Madrid, 1903).
Young, K, La opinión pública y la propaganda. (México, Ed. Paidós, 1995).
D´ADAMO, Orlando; GARCÍA BEAUDOUX, Virginia; FREIDENBERG, Flavia. Medios de comunicación y opinión pública. Madrid: Mcgraw-Hill Interamericana, 2007. 206 p. ISBN 978-84-481-5676-3.
MONZÓN ARRIBAS, Cándido. La opinión pública. Teorías concepto y métodos. Madrid: Tecnos, 1987. 207 p. ISBN 84-309-1399-8.
MONZÓN, Cándido. Opinión pública, comunicación y política. La formación del espacio público. 2º ed. Madrid: Tecnos, 2000. 390 p. ISBN 84-309-2903-7.
CHOMSKY, Noam y RAMONET, Ignacio. Cómo nos venden la moto. Información, poder y concentración de medios. 23º ed. Barcelona: Icracia, 2007. 92 p. ISBN 84-7426-245-3.
Páginas web:
www.elmundo.es: http://www.elmundo.es/2006/05/03/index.html
www.elpais.com:http://www.elpais.com/articulo/espana/policia/hallo/11-M/Renault/Kangoo/cinta/Orquesta/Mondragon/20060504elpepinac_5/Tes/
http://img286.imageshack.us/img286/1781/captura0029nv.jpg
http://www.blogs.periodistadigital.com/:
http://blogs.periodistadigital.com/periodismo.php/2006/11/20/el_mundo_crece_algo_en_ventas_pero_el_pa -http://www.cnt.es/:
http://www.cnt.es/sovmadrid/comunicamos4.htm#huelgalimpieza5
1 comentario:
Saludos MÓNICA!
Le felicito por su TRABAJO!
Este trabajo tiene una evaluación de 2,5 puntos en base a 2,5 (equivalente a 10%)
OBSERVACIONES:
* Con el favor de Dios Nos vemos el sábado 18.
Atte.
Radamés.
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