lunes, 27 de octubre de 2008

2DA TUTORIA MEDIADA DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

ARQUIDIÓCESIS DE MARACAIBO
UNIVERSIDAD CATÓLICA CECILIO ACOSTA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

QUINTO SEMESTRE

SECCIÓN: 002



TRABAJO DE LA SEGUNDA UNIDAD

“EL COMPROMISO DE LA IGLESIA EN LA TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD”




Lcda. Mónica P, Duarte V.
Profesor: Elvy Monzant




INTRODUCCIÓN

Existe una profunda crisis de identidad del cristiano como tal en relación a su presencia y actuación en el área socio-política. Esto se expresa, sobre todo, en el temor a manifestarse en lo que es, en lo que cree o en lo que piensa. No se llega a confrontar el programa y la praxis política con las exigencias éticas de la fe. Lo cierto es que la actuación de los católicos comprometidos en la actividad política ha sufrido profundos cambios. Años atrás existía una idea clara de la identidad católica y de su consecuente "militancia": Eran personas y grupos organizados que querían hacer realidad los valores del Evangelio en el área de la política.
La Iglesia en sus diversos documentos ha tocado el tema tratando de aclarar la situación en especial en el documento de Aparecida insiste en que para evangelizar la realidad hay que partir de esa misma realidad. Sólo así podrá ser transformada a la luz y el dinamismo de los valores del Reino:
"La pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus miembros. Su vida acontece en contextos socio-culturales bien concretos. Estas transformaciones representan, naturalmente, nuevos desafíos para la Iglesia en su misión de construir el Reino de Dios. (D.A. 381)
Es necesario llegar a una verdadera síntesis entre la fe y la política para lograr que haya una presencia más eficaz y honesta de personas de Iglesia en el campo socio-político.

El Evangelio es un verdadero manantial de valores para orientar la vida de las personas y de los pueblos. El aporte de los líderes católicos, en este sentido, sería de un valor extraordinario para encauzar a los partidos por caminos de honestidad, de justicia, de equidad, de igualdad y de transparencia.

“El compromiso de la Iglesia en la transformación de la sociedad”

Premisa a analizar:

“Entre Evangelización, promoción humana y liberación existen unos lazos muy estrechos: Vínculos de orden antropológico, porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos. Lazos de orden teológico ya que no se puede disociar el plan de la creación del plan de redención que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia” (Evangelio Nuntiandi 31).




1.- ¿Qué relación existe entre evangelización y compromiso político?

La dimensión política, constitutiva del hombre, representa un aspecto relevante de la convivencia humana. Posee un aspecto englobante, porque tienen como fin el bien común de la sociedad. Pero no por ello agota la gama de las relaciones sociales.

La fe cristiana no desprecia la actividad política; por el contrario, la valoriza y la tiene en alta estima.

La Iglesia hablando todavía en general, sin distinguir el papel que compete a sus diversos miembros siente como su deber y derecho estar presente en este campo de la realidad: porque el cristianismo debe evangelizar la totalidad de la existencia humana, incluida la dimensión política. Critica por esto, a quienes tienden a reducir el espacio de la fe a la vida personal o familiar, excluyendo el orden profesional, económico, social y político, como si el pecado, el amor, la oración y el perdón no tuviesen allí relevancia. En efecto, la necesidad de la presencia de la Iglesia en lo político, proviene de lo más íntimo de la fe cristiana: del señorío de Cristo que se extiende a toda la vida. Cristo sella la definitiva hermandad de la humanidad; cada hombre vale tanto como otro: "Todos sois uno en Cristo Jesús" (Gál. 3,28).

Del mensaje integral de Cristo se deriva una antropología y teología originales que abarcan "la vida concreta, personal y social del hombre" (EN 29). Es un mensaje que libera porque salva de la esclavitud del pecado, raíz y fuente de toda opresión, injusticia y discriminación.


Estas son algunas de las razones de la presencia de la Iglesia en el campo de lo político, para iluminar las conciencias y anunciar una palabra transformadora de la sociedad.

La misión de la DSI es ofrecer al sistema democrático una serie de juicios valorativos de la realidad que permitan adecuar el funcionamiento de las instituciones transformándolas en entidades capaces de dar respuesta efectiva a las problemáticas de la sociedad en el marco del respeto por los derechos esenciales del ser humano sobre todo en lo que hace a la libertad de su autorrealización.



2.- ¿Es posible evangelizar sin asumir la lucha por la justicia social?

No se puede evangelizar sin asumir la memoria del crucificado que lleva consigo la fidelidad a las demandas de los crucificados de hoy. Por eso no es concebible una tarea evangelizadora que no sea vigorosamente profética y no esté estrechamente vinculada a la realización de la justicia en esta tierra, a la defensa de la dignidad de las personas y los pueblos. Se evangeliza testimoniando, siendo testigos con unas vidas informadas por la encarnación y el compromiso.

La inculturación de la fe en la cultura de los pobres, desde la cual hay que evangelizar la cultura dominante para que deje de instrumentalizar la religión cristiana como medio de opresión, lleva naturalmente a considerar el tema de la promoción humana. A través de la cultura y organización del pueblo hay que destruir el sistema de explotación.

El gran triunfo de los poderosos y error de los cristianos, ayudados por la cultura dualista griega, fue separar fe y vida. Como si la fe pudiese estar desvinculada de la vida, y creer consistiese en una función meramente intelectual, y la salvación, en salvar el alma. Lo propio de la fe cristiana no es la salvación en la otra vida, ni siquiera la salvación en esta tierra considerada como conversión interior, espiritual e individual. Lo propio de la fe cristiana es la salvación en la historia: es cambiar la sociedad. Lo esencial de la fe no es la revelación de que Dios es amor, sino que es amor encarnado en la historia. Jesús de Nazaret tuvo una misión histórica: cambiar el curso de la historia humana, cambiando las estructuras de la sociedad, cuyo centro debía ser el amor solidario de los hombres.

Si la salvación consiste en transformar esta sociedad, sin el cambio de las estructuras socio-políticas no hay salvación posible. Evangelizar es cambiar todo, las personas y las estructuras: hombres nuevos, sociedades nuevas. La fe necesariamente debe incidir en las estructuras socio-políticas, porque "lo que no es asumido no es salvado". La fe debe impregnar las estructuras de poder con los valores del evangelio para que dejen de ser opresoras y convertirse en servidoras.
No se puede separar la fe cristiana de la dignidad humana. La nueva evangelización deberá anunciar la salvación integral del hombre: "En consecuencia la evangelización comprende necesariamente todo ámbito de la promoción humana. Es pues nuestro deber, trabajar por la liberación del hombre (CEA, SM, IV, 2).

La nueva evangelización debe caracterizarse por una solidaridad particular con los débiles y la opción preferencial por los pobres (DP 1134; Juan Pablo II, Santo Domingo). Cuando la Iglesia no está con los pobres es porque está con la clase hegemónica, por lo tanto cómplice y aliada de los ricos y opresores. Es indispensable que la nueva evangelización en América Latina revierta el proceso del tiempo de la conquista de América. "No es posible que errores del pasado (ideologizaciones) nos paralicen hoy, ni que silencien esta opción preferencial (por los pobres)" (LPNE 32). Debe convertir su estilo de vida y su anuncio, en un mensaje liberador (LPNE 55).

El anuncio de la dimensión socio-política de la fe y caridad es un elemento esencial de la nueva evangelización, junto con el compromiso de la transformación de la sociedad, que vive una "situación de pecado social" gravísima. La pobreza y explotación son el fruto de estructuras económicas, sociales y políticas, con "mecanismos nacionales e internacionales que producen ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres" (DP 30). Sólo un ejercicio activo de solidaridad con los pobres constituye el signo de credibilidad de la nueva evangelización (LPNE 55) y nadie en la Iglesia puede sentirse eximido de esta exigencia social y humana. Para esto es necesaria la conversión de toda la Iglesia (LPNE 57).

Así la nueva evangelización no puede ser una nueva proclamación de verdades, sino una nueva praxis: ser cristiano es ir haciéndose de acuerdo al proyecto de Jesús, es ser su seguidor, en una sociedad, junto con el sujeto de cambio que son los pobres que buscan el cambio de esa sociedad.

La praxis de Jesús tuvo un neto carácter socio-político. Su actitud y su mensaje lo llevaron a un permanente conflicto con los poderes de su tiempo. Conflicto con el poder socio-religioso de los sacerdotes y fariseos, conflicto con el poder socio-económico de los ricos y conflicto con el poder del estado, que lo llevaron a una muerte violenta apoyada en razones políticas. Su anuncio de la buena nueva en la historia le trajo la persecución de los poderosos. Ésta es la mejor prueba de que la salvación anunciada por él incidía directamente en la realidad socio-histórica. Su fe fue una fe política netamente encarnada en su historia. La Iglesia, que es el cuerpo histórico de Cristo y la proseguidora de su causa, debe continuar por el mismo camino. La fe, si es verdadera, busca necesariamente la práctica de la justicia. La nueva evangelización debe ser el anuncio de esa práctica, ya que es en nuestro tiempo la actualización del mensaje y de la praxis de Jesús.

El hecho más significativo en América Latina es la irrupción de los pobres. No se puede amar a alguien sin asumir su situación, su causa, sus luchas, de lo contrario sería un amor retórico y alienante. Si la nueva evangelización debe partir de estos pobres, para que sea realmente nueva, debe mostrar una "caridad política": participación desde la fe en la lucha por el cambio de la estructura de la sociedad capitalista en América Latina. Sólo así se puede hablar de "promoción humana", ya que las obras de justicia son los auténticos sacramentos de la dignidad del hombre (J. I. González Faus)2.

Es de esperar que esta nueva evangelización, diferente a la antigua evangelización, siga las pautas de Jesús, de lo contrario se habría perdido la coyuntura histórica propicia y, junto con ella, el mayor contingente católico del siglo XXI. Así que no podemos evangelizar sin asumir la lucha por la justicia social.


3.- ¿Cómo puede la Iglesia hacer Doctrina sobre temas sociales?

La DSI nace de relación de la Iglesia con el mundo, en su misión de evangelizar, es decir, de construir el Reino de Dios aquí en la historia. La Iglesia siempre ha querido estar atenta y preocupada con sus orientaciones y acciones a los problemas sociales de toda época. También de descubrir cuál es el reto de la DSI con relación al mundo de hoy (por ejemplo con relación a la globalización). Cada uno de los documentos del “corpus social” hay que encuadrarlos en un contexto histórico, ya que ellos son respuestas concretas a momentos de la historia de las sociedades. En el origen de toda DSI está la percepción de la injusticia como atentado contra el Reino (Pecado). Ya en la GS n. 3 se constata como el mismo progreso humano implica riesgos de destrucción por el egoísmo. En la OA n.17, Pablo VI habla de un claro-oscuro, mientras que en el documento de Puebla se alude a un misterio de iniquidad en la injusticia social y en el Sínodo de 1971 se descubre una red de dominios que generan injusticia.

La DSI se forma haciendo base en la teología y la filosofía, así como en las ciencias humanas y sociales proyectándose sobre los temas éticos y procurando hacer un juicio moral con los medios técnicos adecuados. Tiene en cuenta permanentemente los cambios de la historiaal realizar estos juicios con criterio moral, aspecto que le permite estar en contacto con la realidad para llevar adelante la praxis del evangelio.

La DSI es una disciplina teológica: la fe y la Palabra le sirven de fundamento. Pero como no se contenta con el análisis de los conflictos sino que busca su superación y la transformación de la realidad social, la DSI se convierte en una disciplina que incursiona en el campo moral, esto es en el entramado de la realidad humana donde trabaja por una sociedadmás justa e igualitaria. El hecho de emitir juicio sobre la realidad y sus conflictos, el hecho de comprometerse con la realidad humana en el mundo, la convierte en una disciplina que incursiona netamente en lo moral.

La Iglesia hace doctrina sobre temas sociales aplicando su método que consiste en: VER JUZGAR Y ACTUAR

Se trata de discernir… - Lo primero será el VER: es cuestión de examinar la realidad en la que vivimos. Es una visión que se hace desde la fe. Se pueden emplear las técnicas de las ciencias sociales, pero no nos limitamos sólo a la investigación social-

Lo segundo será EL JUZGAR: es cuestión de confrontar la visión que se tiene de la realidad con la Palabra de Dios. Esto es lo que llamamos el discernimiento.-

El tercer momento es EL ACTUAR: se trata de que no nos quedemos pasivos ante la realidad analizada, sino que esta misma nos exige tomar una posición, hacer una opción para responder a los problemas. El proceso no termina con la acción.

Estas se vuelven a evaluar desde la perspectiva de la fe, y los logros se celebran como comunidad eclesial. Todos estamos llamados a participar en este proceso de discernimiento. Este método lo podemos aplicar fundamentalmente en la familia y sobre todo en el seno de las comunidades eclesiales. Nuestra participación en el proceso de formulación de la DSI es sólo una parte del proceso total del magisterio social. Además aplicamos las enseñanzas de nuestros pastores a nuestra realidad concreta. Por tanto:

LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA ES UN PROCESO DE PARTICIPACIÓN Y APLICACIÓN, CONDUCIDO POR LOS OBISPOS Y EL PAPA COMO PASTORES Y EN EL CUAL PARTICIPAMOS TODOS.

CONCLUSIÓN:


La Iglesia no hace política pero posee una doctrina iluminadora sobre la política marcada por la convivencia humana y el bien común.

El Cardenal Martino recordó a su predecesor en el dicasterio, el siervo de Dios cardenal Van Thuan quien una vez enumeró las bienaventuranzas del político: Bienaventurado el político que tiene un elevado conocimiento y una profunda conciencia de su papel; bienaventurado el político cuya persona refleja la credibilidad, que trabaja por el bien común y no por el propio interés, quien se mantiene fielmente coherente, que realiza la unidad haciendo a Jesús punto de apoyo de la unidad. Bienaventurado el político que está comprometido en la realización de un cambio radical, el que sabe escuchar y el que no tienen miedo.

La DSI es la exposición y ensamblaje articulado que hace el Magisterio de la Iglesia, ayudado por miembros del pueblo de Dios, de todo un conjunto de verdades, principios de reflexión, criterios de juicio, valores y directrices de acción, fundadas en la Revelación y la Ley natural, de acuerdo a la evolución de la vida social, con el fin de que la sociedad humana se estructure de acuerdo al plan de Dios.

.La misión social de la Iglesia, y de los cristinos en particular, es participar en la construcción de un verdadera comunidad humana.

Los procesos históricos de transformación implican opciones políticas, económica, culturales…Es misión de la Iglesia el asumir y animar todo lo positivo de esos procesos, y para ello hay que discernir los valores y anti-valores que están en juego para orientarlo todo en bien de la sociedad.


El Documento de Aparecida quiere que se encuentre esa respuesta, formando seres con un verdadero compromiso socio-político cristiano, que sean portadores de los principios y las directivas concretas de la D.S.I. (Doctrina Social de la Iglesia)



Por lo tanto, en su sentido más estricto la DSI es formulada únicamente por el Magisterio de la Iglesia. Cualquier bautizado puede hacer Enseñanza Social de la Iglesia.

BIBLIOGRAFÍA

La Doctrina Social de la Iglesia

Gregorio Iriarte o.m.i. : Compromiso socio-político del cristiano en el Documento de Aparecida.

Iglesia y sociedad: Publicado en Revista Vísperas N°6, Buenos Aires, julio de 1981.

Pontificio Consejo Justicia y Paz (Buenos Aires, 2005). Compendio de la doctrina social de la Iglesia. Conferencia Episcopal Argentina.

Pontificio Consejo Justicia y Paz (Madrid, 2005). Compendio de la doctrina social de la Iglesia. Biblioteca de Autores Cristianos.

Buscador virtual: www.google.com... Wikipedia, la enciclopedia.

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