jueves, 8 de abril de 2010

Consejos y sugerencias para el trabajo entre el fotógrafo y los bancos de imágenes

En la fotografía uno de los aspectos más importantes de dominar es la iluminación, y ya en este punto no podemos hacer diferenciaciones entre fotografía para bancos de imágenes o fotografía artística o fotografía hogareña; en todo lo que se refiere a fotos una buena iluminación es fundamental para alcanzar buenos resultados.

Si hablamos de iluminación en términos generales, se podría decir que una buena fotografía es aquella que se encuentra iluminada de manera uniforme, pero esto no puede tomarse como una regla general ya que hay todo un trabajo y una valoración para lo que son los juegos de luces y sombras, los altos o bajos contrastes, las penumbras como factor creativo, etc.

Ahora bien, en esta guía estamos hablando principalmente de una fotografía un poco más comercial, una fotografía que nos permita ingresar en el mundo de los bancos de imágenes, en ese caso debemos tener presente que una iluminación con tonos medios sin demasiados contrastes será la ideal.

Recuerda por sobre todo que las imágenes con una exposición baja o demasiado oscura también tiene suele tener más ruido y decoloración de píxeles. Además, es bueno tener presente que en el pos-procesado es mucho más fácil oscurecer una zona muy clara que aclarar un tono demasiado oscuro.

Otro factor que puede incidir directamente en el rechazo de tus fotografías por parte de un banco de imágenes son los contrastes altos ya que estos presentan mucha aberración cromática.

El Sol es excelente pero en ocasiones puede resultar tu peor enemigo
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Aunque todos conocemos el concepto acerca de que la luz natural es la mejor, la más fácil de conseguir y la más económica; hay un aspecto en el que debemos ser sumamente cuidadosos y ese es justamente el Sol. Tomar imágenes en días y horarios en que la luz del sol es muy fuerte puede ser el peor error que cometamos ya que esta suele arrojar sombras duras y tirar por tierra todos los detalles y relieves que querías mostrar en tu imagen. La solución para esto es tomar las fotos en la sombra o esperar los horarios más propicios, estos son generalmente sobre el atardecer.

De todas formas si hay una escena que deseamos tomar y advertimos que la luz del sol es la menos indicada en ese momento podemos utilizar un difusor de luz, esto es básicamente una superficie brillante en la que pueda rebotar la luz y regresar sobre nuestro objeto o persona a retratar, de esta forma se suavizan las sombras o incluso se pueden eliminar por completo. Estos se pueden fabricar o comprar, y se consiguen en color dorado o plateado según los tonos que desees obtener. Claro que para poder utilizarlos necesitas un ayudante que te los sostenga en el sitio indicado para el rebote de la luz del sol.

La iluminación de estudio es todo un arte dentro del arte fotográfico:

A muchos de nosotros en algún momento de nuestras vidas como fotógrafos, ya sea amateur o profesional, el tema del manejo de la iluminación en un estudio fotográfico nos ha parecido un verdadero desafío para el que creíamos no estar preparados.

Si bien podemos decir que no es una cuestión sencilla tampoco es algo que sea imposible de aprender y que con un poco de instrucción y práctica cualquiera de nosotros puede manejar perfectamente.

La primer advertencia en estos casos es: no gastes una fortuna en algo que no sabes si llegarás a utilizar algún día. Es muy fácil para nosotros dejarnos tentar por las bellezas que se pueden conseguir en tiendas especializadas para montar nuestro propio estudio fotográfico, pero también es igual de fácil caer en gastos innecesarios y apresurados.

Lo principal es que vayas paso a paso y que solamente adquieras aquellas cosas que consideras necesarias para el tipo de fotografías que vas a realizar.

Recuerda que estamos hablando de fotos para bancos de imágenes, en este caso específico no es mucho lo que se necesita para montar un pequeño estudio que nos permita realizar escenas con una agradable ambientación y las luces adecuadas.

Otro error que se suele cometer es pensar que a más cantidad de luces mejores resultados. En realidad no necesitas cinco o seis tipos de luces repartidas por todo el lugar para tomar una buena fotografía de estudio; el consejo es comenzar con dos buenos reflectores de luces cálidas o estroboscopios y ampliar a medida que lo consideres necesario.

Si no te decides entre reflectores y estroboscopios, la elección debe estar basada en qué tipo de fotografías quieres tomar, si vas a retratar personas indudablemente debes definirte por los estroboscopios en cambio si vas a retratar objetos puedes hacerlo perfectamente con unos spots de luces cálidas.

Ahora bien, sin dudas el momento de configurar y armar la disposición de los estroboscopios y los reflectores es la más difícil. En esto como en casi todo lo demás la fórmula del éxito radica en la práctica.

El flash directo, otro enemigo que puede destruir una buena foto:

Algo que muy pocas personas saben es que para la fotografía de bancos de imágenes deben olvidarse que poseen un flash incorporado en su cámara. La luz directa del flash de la cámara es uno de los peores tipos de iluminación que existe. Al igual que la luz del sol en su máximo esplendor el flash genera sombras duras y tonos que no son naturales.

La solución es invertir en un flash externo Speedlight que te permita enfocarlo para que la luz rebote en paredes o techos, lo que sin dudas te dará un mayor control de la iluminación y mejores resultados. Esta será una de las mejores inversiones que puedes hacer.

Una vez adquirido un flash externo hay dos cuestiones a tener en cuenta: la distancia entre el flash y la superficie de rebote y el tipo de superficie que vas a elegir. Por ejemplo nunca obtendrás los mismos resultados si usas como superficie de rebote una pared roja o un cristal espejado; y respecto de la distancia lo importante es que sepas que la distancia disminuye el poder de la luz. Como siempre la práctica y la experimentación son la clave para el éxito.

Finalmente un pequeño consejo sobre el balance de blancos:

Los diferentes tipos de luces ofrecen diferentes temperaturas de color, incluso cuando no entendamos nada sobre la medición de la luz podemos notar que hay ciertas fuentes lumínicas que nos dan matices azulados o tonos color naranja que no habíamos advertido en el momento de componer nuestra imagen a través del visor. Esto se soluciona con un buen balance de blancos.

http://www.todo-arte.es/como-montar-tu-estudio-de-fotografia/

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