DESCRIBA LAS SIGUIENTES TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN:
Licda: Mónica P Duarte Vence
C.I: 25181135
Sección: 002
“OBSERVACIÓN DE CAMPO”
La Observación
Es una técnica que consiste en observar atentamente el fenómeno, hecho o caso, tomar información y registrarla para su posterior análisis.
La observación es un elemento fundamental de todo proceso investigativo; en ella se apoya el investigador para obtener el mayor numero de datos. Gran parte del acervo de conocimientos que constituye la ciencia a sido lograda mediante la observación.
Existen dos clases de observación: la Observación no científica y la observación científica. La diferencia básica entre una y otra esta en la intencionalidad: observar científicamente significa observar con un objetivo claro, definido y preciso: el investigador sabe qué es lo que desea observar y para qué quiere hacerlo, lo cual implica que debe preparar cuidadosamente la observación. Observar no científicamente significa observar sin intención, sin objetivo definido y por tanto, sin preparación previa.
Pasos Que Debe Tener La Observación
a. Determinar el objeto, situación, caso, etc (que se va a observar)
b. Determinar los objetivos de la observación (para qué se va a observar)
c. Determinar la forma con que se van a registrar los datos
d. Observar cuidadosa y críticamente
e. Registrar los datos observados
f. Analizar e interpretar los datos
g. Elaborar conclusiones
h. Elaborar el informe de observación (este paso puede omitirse si en la investigación se emplean también otras técnicas, en cuyo caso el informe incluye los resultados obtenidos en todo el proceso investigativo)
La observación de campo
es el recurso principal de la observación descriptiva; se realiza en los lugares donde ocurren los hechos o fenómenos investigados. La investigación social y la educativa recurren en gran medida a esta modalidad.
GRUPOS FOCALES.
Los grupos focales son una técnica de investigación, que como las demás, necesita de una fundamentación y una metodología a seguir. Además, se deben tomar en cuenta ciertos elementos respecto a las personas que van a participar en el grupo focal, desde su personalidad hasta sus intereses. Sin embargo, que esas personas estén ahí y den su opinión no significa que todas sean buenas pero de igual manera deben tomarse en cuenta y tener buen criterio para sondear.
Los grupos focales tienen tareas específicas y objetivos, los cuales se deben de estar dirigiendo continuamente en la sesión; este es el trabajo del lider o moderador, siendo consciente del tiempo y de la participación de los integrantes. Además, los resultados de ésta no son estadísticos sino estructurales pues tienen que ver con la sociedad a la que el grupo pertenece.
Finalmente, el contenido obtenido es lo que debe ser analizado.
Esta técnica tiene pros y contras dependiendo de la organización del mismo. Sin embargo, es una buena opción para sondear la opinión de un sector determinado.
El Grupo Focal
es una técnica cualitativa de recopilación de tipo conversacional, eficaz para propiciar la exploración de un tema a partir de la interacción entre los participantes, en la cual el moderador, a diferencia de la técnica de Entrevista Grupal, desempeña un papel mucho más directivo que le permite controlar hasta cierto punto la conversación y sus temas, disminuyendo la incertidumbre.
Sirve ante todo para la exploración de los conocimientos, prácticas y opiniones en un ambiente social, examinando además las causas de los mismos; es una herramienta de gran utilidad debido a su flexibilidad, resultados rápidos y relativos bajos costos.
Es habitual el convocar a más de un grupo para aumentar la validez de los resultados. Dichos grupos están constituidos comúnmente por 7 o 12 personas. Usada en los últimos años para el estudio de los fenómenos de opinión pública. Está constituido por una estructura metodológica artificial; no es un grupo natural de conversación, ni de aprendizaje o de terapia psicológica, ni tampoco es un foro público, va cambiando a medida que progresa en su actividad. Su objetivo fundamental es alcanzar o lograr el descubrimiento de una estructura de sentido compartida, si es posible consensualmente, o, en todo caso, bien fundamentada por los aportes de los miembros del grupo.
Los grupos focales se desarrollaron en tres fases: primero, en la década de 1920-30, los científicos sociales los usaron con una gran variedad de propósitos, entre los cuales sobresalía el desarrollo de cuestionarios panorámicos. En segundo lugar, entre la segunda guerra mundial y la década de los 70, los grupos focales fueron utilizados principalmente por los investigadores del mercado para comprender los deseos y necesidades de la gente. Finalmente, desde 1980 en adelante, han sido usados por diferentes profesionales para hacer investigación relacionada con la salud, la familia, la educación, la conducta sexual y otros tópicos sociales.
Resulta de sumo interés que aunque el grupo focal centra su atención en un tema específico de estudio e investigación, desde determinada disciplina y punto de vista, igualmente la ciencia, la filosofía, la historia y el arte pueden ser entendidas como modos diferentes y complementarios de descripción de la misma realidad, cada una ofreciendo una aportación única. De la misma forma cada herramienta de investigación ofrece resultados, que a pesar de parecer en ocasiones contradictorios, realizan construcciones y análisis valiosos acerca de un mismo fenómeno.
Por ello al igual que en los grupos focales, es necesario contar con una mayor amplitud de criterios que puedan enriquecer las perspectivas consideradas y aportar nuevas.
El grupo focal nace de la costumbre modernista europea de reunirse en los cafés y círculos de crítica, donde la razón actuaba como única autoridad, en un acto de comunicación democrática. Se trata de un grupo en tanto se le determina una tarea específica, una tarea externa no emanada de él mismo, por lo que equivale a un equipo de trabajo para el investigador, puesto que a partir de aquél logrará sus propósitos, aunque el grupo mismo no se perciba así. De aquí que su inicio y su término estén claramente identificados. Este grupo trabaja en producir algo para el cumplimiento del objetivo de estudio.
Constituye un espacio de opinión grupal y se instituye como la autoridad de las opiniones que regula el derecho de hablar y privilegia la conversación. El grupo focal se define como una técnica de investigación social que privilegia el habla, cuyo propósito radica en propiciar la interacción mediante la conversación acerca de un tema u objeto de investigación, en un tiempo determinado, y cuyo interés consiste en captar la forma de pensar, sentir y vivir de los individuos que conforman el grupo.
El grupo focal tiene por objetivo provocar confesiones o autoexposiciones entre los participantes, a fin de obtener de éstos, información cualitativa sobre el tema de investigación. Resulta de gran importancia que con anterioridad haya quedado claramente entendido el objetivo de la investigación, ya que este guiará la conversación que permita las revelaciones personales de los participantes.
La falta de claridad del investigador en la transmisión y de los participantes en la comprensión originará dificultades, malos entendidos, pérdidas de tiempo y muy probablemente conclusiones equivocadas. Otro factor que puede entorpecer el logro de los objetivos es la falta de habilidades necesarias para guiar el proceso grupal de forma efectiva.
Otro punto que hay que tener en cuenta para la conformación del grupo focal es el número de grupo, no con criterios estadísticos, sino estructurales, pues en el grupo deben de estar todas aquellas personas que poseen el tipo social que se esta investigando, el número de integrantes es otro factor este debe ser entre siete y diez personas, la selección de los participantes, la duración, se recomienda que las sesiones duren entre una o dos horas para no cansar a los participantes.
“ANÁLISIS SEMIÓTICO” La semiótica se define como la ciencia de los signos, pero cuando se habla de signos, se habla preferentemente de los signos lingüísticos, como las señales de tráfico, se sabe que el aprendizaje de esta clase de signos no es posible sin la participación de los signos lingüísticos.
Es conocido y asegurado por todos los estudiosos de la lengua que es el código lingüístico el que permite al hombre, desde tiempos remotos, expresar sus ideas de una u otra forma. De esta suerte creó códigos que le permitieron y le permiten decir y comunicarse. Así encontramos el código olfativo, el táctil, el paralingüístico (referido a la entonación), el cenésico (lo gestual), el pictórico, el musical, el culinario y otros.
El código lingüístico se caracteriza por la relación entre el plano de la expresión y el plano del contenido, lo que constituyen las dos caras del signo lingüístico (significado y significante) abordado por Saussure.
Por su parte, la definición de signo de Pierce, está basada en el principio de una relación triádica, que no es posible reducir a una relación diática. Establece una relación entre tres elementos: signos, sus significados y su interpretante.
Entonces no puede haber representación alguna de algo como algo, a través de un signo, sin que haya una interpretación por parte de un intérprete real.
La estructura básica de la comunicación humana la constituyen los diferentes códigos. Es por eso que en este trabajo se pretende interpretar lo que está expresado en el código literario y pictórico de los ejemplos seleccionados.
El código literario (connotativo) es un código en el que el plano de la expresión está constituido por otro código (denotativo). Umberto Eco plantea que " un código connotativo puede definirse como subcódigo, en el sentido de que se base un código base" (1988:95)
Como ya se ha dicho, esa base es el código lingüístico. " Esto constituye el elemento clave para enfocar con carácter interdisciplinario el proceso de enseñanza-aprendizaje" . (Figueroa S/A: 4)
Esta interdisciplinariedad es aplicable a cualquier análisis semiótico que se realice, de todo aquello que puede ser leído con sentido (texto semiótico), donde deben estar presentes las tres dimensiones: semántica, pragmática y sintáctica.
“ANÁLISIS SEMIÓTICO”
El análisis semiótico es una herramienta de estudio fundamental en la que los seres humanos se enfrenta a una realidad, buscando en los archivos de su cultura aquellos que le permiten comprender lo que el contexto le propone para interpretarlo. Generándose así un diálogo entre cultura, contexto y cognición. La cultura le permite el encuentro con la memoria colectiva y el contexto funciona como elemento instrumental de las nuevas experiencias y también como agente de apropiación. Este proceso de interpretación origina el fenómeno por el cual un signo da nacimiento a otro signo y, especialmente, un pensamiento da nacimiento a otro pensamiento. En este proceso los significados pueden verse como unidades culturales interrelacionadas unas con otras (Eco, 1986, p. 80-81).
El discurso del análisis surge del sistema de representaciones simbólicas de una realidad y de su propio contexto. Los principios que rigen su organización están no solo en la organización retórica del texto sino que existe otro ordenamiento que se refiere a la manera en que una sociedad privilegia algunas palabras y las organiza en proposiciones, argumentaciones y relatos para presentar las realidades que la conforman. Esta representación mediatizada por el imaginario colectivo es de orden simbólico (Sánchez, 2004, p. 11).
“las propiedades reales y percibidas de las cosas materiales, en primer lugar aquellas propiedades fundamentales que determinan como se podría
Partiendo del análisis de una imagen cuya intención es transmitir un mensaje complejo podemos encontrar distintos signos sumados forman otro signo. Es evidente que la complejidad del signo subyace en la interacción de otros signos más sencillos, y aunque es un proceso transparente e inconsciente, es interesante encontrar estas relaciones que en conjunto transmiten un concepto difícil de expresar icónicamente.
ANÁLISIS DE CONTENIDO
Se denomina análisis de contenido al conjunto de procedimientos interpretativos de productos comunicativos (mensajes, textos o discursos) que proceden de procesos singulares de comunicación previamente registrados, y que, basados en técnicas de medida, a veces cuantitativas (estadísticas basadas en el recuento de unidades), a veces cualitativas (lógicas basadas en la combinación de categorías) tienen por objeto elaborar y procesar datos relevantes sobre las condiciones mismas en que se han producido aquellos textos, o sobre las condiciones que puedan darse para su empleo posterior.
El análisis de contenido, de hecho, se convirtió a finales del siglo XX en una de las técnicas de uso más frecuente en muchas ciencias sociales, adquiriendo una relevancia desconocida en el pasado a medida que se introdujeron procedimientos informáticos en el tratamiento de los datos.
Su propia denominación de análisis de “contenido”, lleva a suponer que el “contenido” está encerrado, guardado –e incluso a veces oculto– dentro de un “continente” (el documento físico, el texto registrado, etc.) y que analizando “por dentro” ese “continente”, se puede desvelar su contenido (su significado, o su sentido), de forma que una nueva “interpretación” tomando en cuenta los datos del análisis, permitiría un diagnóstico, es decir, un nuevo conocimiento (gnoscere “conocer”) a través de su penetración intelectual (dia, en griego es un prefijo que significa “a través de” en el sentido de “atravesar”). Pero una tal suposición, semejante, de hecho, a la acostumbrada cuando los análisis químicos y biológicos exploran componentes de la materia y facilitan diagnósticos, lleva a una visión falsa.
El análisis de contenido, aplicado a “continentes” materiales, busca fuera, no dentro, pues las dimensiones de los datos extraídos del análisis sólo existen fuera de los “continentes”, es decir, en la mente de los sujetos productores o usuarios de los mensajes, textos, discursos, o documentos que se analizan, es decir, en la mente de los participantes de los procesos singulares de comunicación en los que se han producido los documentos analizados.
El análisis de contenido no debe perseguir otro objetivo que el de lograr la emergencia de aquel sentido latente que procede de las prácticas sociales y cognitivas que instrumentalmente recurren a la comunicación para facilitar la interacción que subyace a los actos comunicativos concretos y subtiende la superficie material del texto. Como señala Bardin (citado en Piñuel & Gaitán, 1995) el análisis de contenido se convierte en una empresa de des-ocultación o revelación de la expresión, donde ante todo interesa indagar sobre lo escondido, lo latente, lo no aparente, lo potencial, lo inédito (lo no dicho) de todo mensaje. Pero esta nueva perspectiva no sólo amplía el campo de estudio del análisis de contenido hacia la dimensión no manifiesta del texto cuanto que, dada su complejidad, exige introducir nuevas variables en el análisis a fin de que el texto cobre el sentido requerido para el analista.
Esto sólo es posible si tal texto se abre –teóricamente hablando– a las condiciones contextuales del producto comunicativo, al proceso de comunicación en el que se inscribe, y por tanto a las circunstancias psicológicas, sociales, culturales e históricas de producción y de recepción de las expresiones comunicativas con que aparece.
“ENCUESTA”
La encuesta es una técnica destinada a obtener datos de varias personas cuyas opiniones impersonales interesan al investigador. Para ello, a diferencia de la entrevista, se utiliza un listado de preguntas escritas que se entregan a los sujetos, a fin de que las contesten igualmente por escrito. Ese listado se denomina cuestionario.
Es impersonal porque el cuestionario no lleve el nombre ni otra identificación de la persona que lo responde, ya que no interesan esos datos.
Es una técnica que se puede aplicar a sectores más amplios del universo, de manera mucho más económica que mediante entrevistas.
Varios autores llaman cuestionario a la técnica misma. Los mismos u otros, unen en un mismo concepto a la entrevista y al cuestionario, denominándolo encuesta, debido a que en los dos casos se trata de obtener datos de personas que tienen alguna relación con el problema que es materia de investigación.
Riesgos que conlleva la aplicación de cuestionarios
a. La falta de sinceridad en las respuestas (deseo de causar una buena impresión o de disfrazar la realidad).
b. La tendencia a decir "si" a todo.
c. La sospecha de que la información puede revertirse en contra del encuestado, de alguna manera.
d. La falta de comprensión de las preguntas o de algunas palabras.
e. La influencia de la simpatía o la antipatía tanto con respecto al investigador como con respecto al asunto que se investiga.
Tipos de preguntas que pueden plantearse
El investigador debe seleccionar las preguntas más convenientes, de acuerdo con la naturaleza de la investigación y, sobre todo, considerando el nivel de educación de las personas que se van a responder el cuestionario.
A. Clasificación de acuerdo con su forma:
1. Preguntas abiertas
2. Preguntas cerradas
1. Preguntas dicotómicas
2. Preguntas de selección múltiple
1. En abanico
2. De estimación
B. Clasificación de acuerdo con el fondo:
1. Preguntas de hecho
2. Preguntas de acción
3. Preguntas de intención
4. Preguntas de opinión
5. Preguntas índices o preguntas test
El representante más destacado del método cuantitativo es la encuesta. La encuesta es un método de investigación compatible con el empleo de varias técnicas e instrumentos de recolección de datos, como son: la entrevista, el cuestionario, la observación, el test, etc.
Se considera a la encuesta como un método (Lazarsfeld, 1971, pp. 193-194, lo menciona como técnica), para indicar que el investigador no se guía por sus propias suposiciones y observaciones, sino prefiere dejarse guiar por las opiniones, actitudes o preferencias del público para lograr ciertos conocimientos. Es un método que permite explorar sistemáticamente lo que otras personas saben, sienten, profesan o creen.
La encuesta de opinión pública, como se realiza habitualmente, "... representa una serie de entrevistas personales breves pero estandarizadas, en las cuales los entrevistadores formulan siempre las mismas preguntas y las respuestas de los entrevistados se limitan a unas pocas categorías" (Travers, 1971, p. 245). Sin embargo, se puede aplicar una encuesta con entrevistas libres, o no estructuradas, en las cuales se busca, después de la recolección de datos, las categorías de las respuestas para poder codificarlas.
Cuando el universo es grande se toma una muestra, por medio de la cual se reúnen datos acerca de una población más pequeña; a partir de ellos se puede hacer injerencias acerca de todo el universo.
Grawitz (Tomo I, pp. 349-356), distingue los siguientes tipos de encuestas:
a) Según la dimensión:
1. Estudio de áreas. "Los factores de medición son de órdenes muy diversas, la observación afecta a puntos de vista diferentes y tiene por objetivo toda una región, un país o incluso varios".
2. Estudio de casos. "Este tipo de encuesta se caracteriza por su objetivo: recoger la máxima cantidad de datos sobre un tema concreto y limitado, en general con un simple deseo de información, de descripción o de clasificación, sin segundas intenciones respecto a su medición".
b) Según el grado de precisión o medida:
1. Las encuestas de exploración. No parten de una hipótesis y son más bien de tipo descriptivo.
2. Las encuestas de análisis o de diagnóstico. Se trata de buscar una respuesta a una cuestión práctica; se necesita precisar las variables que intervienen.
3. Las encuestas experimentales. En éstas se trata de verificar hipótesis.
CONCLUSIONES
Cualquier clase de investigación que quiera emprenderse requiere de la utilización de una metodología de investigación, la cual se dedica principalmente al estudio de métodos y técnicas para realizar investigaciones y determina el cómo se desarrollará el problema planteado dentro de ella. Seleccionar dentro de las diversas alternativas, fundamentalmente una, es uno de los pasos más importantes y decisivos dentro de la elaboración de un proyecto, dado que el camino correcto llevará a obtener de la investigación resultados válidos que respondan a los objetivos inicialmente planteados.
Bibliografía
Morris, Charles. Fundamentos de la teoría de los signos, México, Paidós.
Peirce, Charles Sanders. La ciencia de la semiótica, Buenos Aires, Nueva Visión. Eco Umberto: Tratado de Semiótica General. Barcelona, Lunen.
Figueroa, J: Semiótica e interdisciplinariedad en acerca de la Enseñanza del Español y la Literatura. Ed Pueblo y Educación, La Habana, 2003.