Escuelas Arquidiocesanas: La obra de un gran Obispo |
Jueves, 07 de Enero de 2010 11:09 |
Rápidamente se convirtió en abanderado por la defensa de la dignidad humana, por la protección de la familia, por el progreso integral de la región y por la reivindicación de la región zuliana ante el centralismo caraqueño. Siendo un convencido que el anuncio del Evangelio estaba destinado no solamente a los que van a los templos, sino a todos y en todas partes, valoraba la utilización de los modernos medios de comunicación social. Con este propósito, fortaleció la emisora de Radio La Voz de la Fe y el Diario La Columna, y promovió la creación del Canal 11 del Zulia, con sus extensiones en Lara y Carabobo; y estimuló el nacimiento de las emisoras de Radio NC Estéreo y Lumen 2000. Al momento de entregar la Arquidiócesis de Maracaibo, en 1993, dejaba en pleno funcionamiento un periódico de circulación diaria con 69 años de existencia, tres emisoras de radio y una red de televisoras regionales. Durante sus 32 años de episcopado en el Zulia promovió la creación de una nueva Diócesis, creó 26 parroquias eclesiásticas, construyó 60 templos, ordenó más de 40 sacerdotes zulianos. Promovió a 5 sacerdotes del clero maracaibero para que fueran elevados a la dignidad episcopal para trabajar al frente de diócesis como Cumaná, San Carlos de Cojedes, Valencia, Cabimas, Barinas. Como Obispo y ciudadano demócrata se preocupaba constantemente por Venezuela y por América Latina. Así lo manifestaba en sus Cartas Pastorales ante los diversos problemas del país, y en su trabajo como Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. Igual preocupación tenía por ser solidario con los Obispos perseguidos o en peligro. Siempre estuvo al lado del Cardenal Obando en Managua, a quien ayudaba espiritualmente y con sus frecuentes visitas, como también procuraba estar cercano al mártir de la fe latinoamericana Mons. Oscar Romero en El Salvador. Incansablemente predicaba sobre los peligros del ateísmo y el progreso de las doctrinas marxistas en América Latina y en el mundo, En 1963 publicó una Carta Pastoral en la que advertía sobre los peligros del comunismo para Venezuela, y decía: “Todavía es tiempo de evitar la catástrofe de otros países que fueron dominados por el comunismo, cuya astucia, maldad y espíritu diabólico, no se ponderará y pondrá al descubierto en su auténtica realidad. Como la enfermedad, solamente los que han sufrido podrían apreciarlo.” Cuánta razón tenía en sus reflexiones y en sus advertencias. Educación para los más pobres En territorios del sur de Maracaibo, en terrenos ocupados por el urbanismo desordenado, nacía la Escuela Arquidiocesana Madre Laura. Una construcción modesta con techos de zinc, unas aulas construidas con aportes de empresarios amigos y una humilde vivienda para las religiosas venidas de Colombia. Era la primera de las muchas instituciones educativas que nacerían de las manos de este Obispo profundamente enamorado de la educación. Sus palabras, el 1 de abril del año 1981 con motivo de recibir la Orden Andrés Bello, revelan los orígenes de su Proyecto Educativo: “Al llegar a Maracaibo tuve la enorme alegría de ver que la iglesia contaba con varios colegios católicos…, para la educación de la clase media y alta, pero en cambio, los marginados y las clases humildes, no tenían ese privilegio. Yo me propuse ampliar ese radio de acción creando más escuelas para las zonas marginales con el objeto de multiplicar el beneficio inestimable de la educación cristiana, …sólo Dios sabe los caminos recorridos en este programa, las fatigas y las copas amargas apuradas para darles nuevos centros de formación cristiana gratuita a los niños pobres de la Arquidiócesis.” Proseguía monseñor Roa en el mismo Discurso: “Con este plan estamos haciendo una obra de Patria y de Iglesia y en ella se unen muchas fuerzas para realizar el bien: El ejecutivo Regional, las abnegadas Religiosas, los maestros y maestras, las instituciones privadas y personas. Las Escuelas son centro de convergencia y un aporte sincero y leal en el gran compromiso de la educación. La Iglesia al abrir escuelas no pretende suplantar a nadie, sólo se propone ayudar y contribuir en la formación del hombre integral, del nuevo venezolano.” Un Proyecto cumplido Abarcan desde la etapa inicial de la educación hasta llegar al final de la educación media diversificada y profesional. Veinte mil alumnos, mil quinientos empleados, veinte y un mil egresados. Estos son los que directamente hacen posible este proyecto educativo con su presencia, estudio y diario trabajo. Grandes necesidades El Ejecutivo del Estado, el Ministerio de Educación, la Asociación Venezolana de Educación Católica son los entes que con su apoyo y contribución han hecho posible el sostenimiento de esta obra educativa. Lamentablemente estos aportes ya no son suficientes. Los recortes presupuestarios, producidos por las crisis económicas del país, ponen en peligro la estabilidad de estas Escuelas y frenan el crecimiento y la expansión de una gran obra. En la actualidad confrontan un gran déficit en su presupuesto, que solamente durante el año 2009 alcanza los once millones de bolívares fuertes. Este déficit representa que los sueldos de los empleados no han podido ser actualizados durante los últimos dos años, que el bono de alimentación no ha sido actualizado, que no se puede clasificar a los docentes según sus cualificaciones profesionales, que no se cuente con la seguridad para cancelación de beneficios como vacaciones y bonos de fin de año. La Arquidiócesis de Maracaibo no tiene recursos para responder a esta cruda realidad. En las actuales circunstancias se hace difícil conseguir que estas cantidades puedan provenir únicamente del presupuesto oficial. El funcionamiento de estas instituciones no puede seguir dependiendo únicamente de los recursos del Estado, por ello se hace necesario apelar al sentido de responsabilidad social y de compromiso cristiano que siempre han caracterizado a los hombres y mujeres del Zulia. Junto a representantes del empresariado zuliano, la Arquidiócesis de Maracaibo está emprendiendo la tarea de recolectar los recursos necesarios para atender todo lo relacionado con el bono de fin de año del personal que trabajan en estas Escuelas. Este compromiso asciende a tres millones de bolívares fuertes. Puede parecer grande la cantidad, pero se hace pequeña ante la generosidad de los zulianos. El Arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana, junto a todos los que trabajan en las Escuelas Arquidiocesanas confían que la grandeza de los zulianos seguirá acompañando y respaldando el trabajo educativo que la Iglesia realiza para preparar a las jóvenes generaciones. Ellos han de ser los constructores de un futuro mejor para el Zulia y para Venezuela. Con la finalidad de recibir los aportes de las personas e instituciones de buena voluntad, se ha dispuesto la cuenta corriente 0134-0081-470813130858, a nombre de la Asociación Civil Escuelas Arquidiocesanas en Banesco. El 1 de enero de 2.010 se recordó el décimo aniversario del fallecimiento de monseñor Domingo Roa Pérez. Es justo y oportuno pensar que el mejor homenaje que se puede ofrecer en su memoria es el de permitir que la obra iniciada por él se perpetúe en la historia del Zulia. Que la Virgen de Chiquinquirá, Patrona del Zulia, en la celebración de los 300 años de su milagrosa presencia, bendiga esta obra educativa y toque los corazones de todos los zulianos y zulianas de buena voluntad, para que hagan posible su continuación en el tiempo y sigan dando abundantes frutos al Zulia y a Venezuela entera. Es necesario desear que se hagan realidad las palabras de monseñor Roa: “Cada Escuela debe ser un templo a la sabiduría y a la grandeza del hombre como persona e hijo de Dios”.
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